El presidente de Caja Vital, Gregorio Rojo, aprovechó la presentación de la nueva sede de la entidad en Gasteiz para anunciar que «ha llegado el momento de dar nuevos pasos, en la buena dirección, de modo decidido y sin complejos», junto a BBK y Kutxa, para «reforzar de manera definitiva la posición competitiva de nuestras entidades, su futuro empresarial, su crecimiento y su compromiso social».

Sin mencionar de forma explícita la fusión de las tres cajas, Rojo aseguró que, tras el trabajo en común llevado a cabo hasta ahora, es el momento de «dar un paso adelante, sustentado en un compromiso en clave empresarial, de construcción de país y en beneficio de nuestros clientes y de la sociedad».

El presidente de Caja Vital matizó el papel que la entidad alavesa quiere jugar en este proyecto al afirmar que «estamos preparados para liderar el resultado de esa suma. No para hacer mero seguidismo». Insistió en que Caja Vital debe «capitanear», «absorber» y «trazar le camino», no ser absorbida ni que «nos indiquen el camino».

Centro financiero-empresarial

Por otro lado, anunció que, en breve, planteará la creación de un nuevo centro financiero-empresarial, que sea «el verdadero corazón económico de nuestro territorio» y actúe de catalizador del desarrollo de Araba.

Caja Vital pretende que su nueva sede sea «un elemento dinamizador de la actividad económica, comercial y social» de Araba. Este edificio singular, situado en el nuevo barrio de Salburua, consta de 16.578 metros cuadrados y acogerá todas las dependencias que no prestan atención directa al público.

Trata de dar una imagen orgánica, con forma de cromosoma, y la fachada evoca a la vez el código genético y los juncos de los humedales cercanos. Para su inauguración, la caja recurrió a los príncipes españoles, en un acto que reunió a los principales representantes políticos y empresariales de Araba y la CAV.

A este respecto, ANV denunció que «el objetivo de la actual dirección de la entidad es garantizar la sumisión a la corona y visualizar que cualquier proceso de fusión de las cajas vascas no cuestionará la sacrosanta unidad política y financiera de España». En su opinión, esta actitud se convierte en «un insulto a toda la ciudadanía que esta sufriendo las consecuencias de la subida de los tipos de interés y de la falta de una verdadera política social de vivienda». Igualmente, Batasuna rechazó esta visita, que consideró un insulto y ataque a los vascos por «representar al Estado que impide que Euskal Herria pueda decidir libremente su futuro».