GARA > Idatzia > Kultura

ZINEMALDIA

Wang: «Los chinos somos indirectos y no decimos lo que realmente queremos»

«Mil años de oración» versa sobre la (in)comunicación y sobre el lastre que supone a una joven china que vive en EEUU la Revolución Cultural que vivió el país y lo «formal y lleno de reglas» que es el idioma chino. Yilan, que es como se llama la joven, recibe la visita de su padre, Mr. Shin, y queda patente lo difícil que les resulta hablar de sus sentimientos. Se trata de una película simple, de un realizador que se tiene por «sencillo» y llena de pequeños detalles.

p044_f01_97x156.jpg

Rebeka CALVO | DONOSTIA

El director estadounidense aunque de origen chino Wayne Wang, que lleva su nombre en homenaje al actor John Wayne, cuenta una historia de comunicación en «Mil años de oración». Los protagonistas principales son padre e hija y el lugar elegido es un pequeño pueblo «impersonal» de EEUU.

Wang, que asistió sin compañía alguna a la presentación del trabajo, aclaró que esta película, simple y repleta de pequeños detalles, gira en torno «a un hombre de 70 años» que viaja desde China a EEUU para visitar a su hija, que lleva más de diez años viviendo allí. «No hay estrellas ni dramas en el trabajo», puntualizó. Y comparó al protagonista, Mr. Shi, con Mr. Bean, «es como si el personaje británico fuese a EEUU», dijo.

Una hija triste y callada

Mr. Shi (Herny O) se encuentra con una hija triste y callada en un pueblo diferente e impersonal. También se enfrenta a otro problema, el de la comunicación, ya que su inglés no es el mejor. El problema de incomunicación con su hija Yilan (Faye Yu), sin embargo, no radica sólo en el idioma, puesto que también influye la cultura tradicional china, que no deja que los sentimientos fluyan con normalidad. «Los chinos somos muy indirectos y no decimos lo que realmente queremos decir. Una hija nunca dirá lo que realmente piensa a su padre; en la película Yilan empezará a cambiar esto en Estados Unidos», explicó el director. Y es que para Wang, el inglés es más expresivo que el chino, «lleno de formalidades y reglas».

Mr. Shi intentará comprender a su hija, que se encuentra perdida entre la tradición china y el idioma con el que creció, y el nuevo mundo donde todo el mundo tiene prisa. Muestra del peso que tiene su cultura en los personajes es que Mr. Shi se comunica mejor y más con una señora iraní que conoce en un parque, con la que apenas puede mediar palabra porque ninguno de los dos habla bien el inglés, que con su propia hija.

Wang también presenta hoy en Zabaltegi «The Princess of Nebraska», película que es más intuitiva que la presentada ayer, según aclaró el director. El cineasta cuenta en su filmografía con trabajos como «Smoke» o «Blue in the face», que co-dirigió junto al presidente del jurado del Festival de este año, Paul Auster, y con el que después de varias rencillas que no quiso revelar, no habla desde hace unos cinco años, aunque «espero hacer algo con él otra vez y olvidar lo pasado», señaló.

REVOLUCiONARIO

El director de cine generalmente independiente Wan Wayne habló sobre el cine de hoy en día, una producción muy «hollywoodiense»: «Yo casi no muevo la cámara, algo que también es revolucionario, y cuento historias sobre la comunicación, el afecto o los sentimientos».

Sección Oficial

Título original: ``A Thousand years of good prayers''.

Dirección: Wayne Wang.

Intérpretes: Faye Yu, Henry O, Pasha Lychnihoff y Vida Ghahremani.

Sekzio Ofiziala

Zuzendaria: Esteban Schroeder.

Interpreteak: Roxana Blanco, Cesar Troncoso, Walter Reyno, María Izquierdo eta Dario Grandinetti.

Iraupena: 97 m.

Imprimatu 
Gehitu artikuloa: Delicious Zabaldu
Igo