En diciembre de 1995 una grave embolia dejó a Jean-Dominique Bauby, periodista y padre de dos hijos, en un coma profundo. Al despertarse tenía todas las funciones motrices deterioradas: no podía moverse, ni hablar, ni siquiera respirar sin ayuda. Solamente un párpado de ese cuerpo inerte se movía, y se convirtió en su unión con el mundo, con los demás, con la vida. El argumento de la película que presentó ayer Julian Schnabel (New York, 1951) en Zabaltegi, «Le scaphandre et le papillon» (La escafandra y la mariposa), tiene como base el libro del mismo nombre que escribió Jean-Dominique Bauby cuando estaba gravemente enfermo. La historia es sumamente triste, pero, en palabras de Schnabel, es una llamada al público para que se agarre a la vida y al presente. «La gente puede mirar el mundo y no ver nada, y, sin embargo, mirar una esquina de una habitación y ver todo».

Mathieu Amalric, el actor que encarna a Bauby, añadió que esta persona tenía una fuerza increíble. «Un ramo de flores al lado de la ventana era un universo para él; vivía el momento dando cauce a la imaginación y haciendo uso de los recuerdos», explicó.

Schnabel quiso aclarar que no se trata de un filme sentimentalista: «Odio las películas sentimentalistas, creo que pueden matar la obra, aburrir al público. Sin embargo, no odio los trabajos con sentimientos dentro del argumento. No soy una persona sentimental; soy emocional. No tengo necesidad de poner música para decir a la gente lo que ha de sentir».

«Quería que esta película fuera una herramienta, un mecanismo de autoayuda que nos ayudara a manejar la propia muerte. Es lo que esperaba, por eso la hice», contó. Tomó la decisión cuando su padre enfermó con cáncer en diciembre de 2004 . «Mi padre murió a los 92 años y no había estado enfermo en su vida. Estuvo felizmente casado con mi madre durante 60 años. La mayor parte de la gente firmaría eso inmediatamente, pero al no haber estado nunca enfermo, no estaba preparado y le aterrorizaba la muerte. Vivió con mi mujer y conmigo al final de su vida, pero no conseguí salvarle de ese miedo. La vida no puede ser sólo dolor, caos sexual y la nada. Tiene que haber algo más», afirmó. Admitió que él también tenía un problema con la muerte y que realizó la película para superar ese temor.

Un Don Juan

Tal como explicó la actriz que da vida a Marie López y la mujer de Schnabel, Olatz López Garmendia, a pesar de su condición de enfermo Jean-Dominique Bauby seguía siendo «un Don Juan». Todas las mujeres que tenía a su alrededor -enfermera, ex mujer, novia...- estaban enamoradas de él de alguna manera y competían entre ellas. Marie-Josée Croze, la artista que interpreta el papel de Henriette Durand, conoció personalmente a la logopeda que atendió a Bauby y ella le informó de que su paciente era un ser humano fuera de lo común, con un sentido del humor especial. «A veces la enfermedad hace aflorar lo peor que tenemos dentro, pero en este periodista francés la enfermedad hizo surgir algo hermoso y fuerte».