Los problemas parecen no abandonar al Athletic. Tras dos temporadas angustiosas, ayer los síntomas de dichas campañas reaparecieron en la Catedral. Si bien es cierto que los bilbainos estuvieron vivos durante casi todo el encuentro, la sensación con la que los hinchas salieron de San Mamés no pudo ser más descorazonadora.

La derrota tuvo todos los ingredientes para invitar al pesimismo: mal juego, dudas en defensa y mal arbitraje. Así, los fantasmas del pasado reciente volvieron a revolotear por Bilbo y evidenciaron que las cosas no han cambiado tanto como algunos han pretendido hacer creer. La realidad es que este año tocará de nuevo pelear para evitar los puestos de la zona baja.

Caparrós cambió su habitual 4-4-2 para introducir a Markel Susaeta en la mediapunta y a Etxebe por la derecha, pero la respuesta a dicha variación fue similar a la de partidos precedentes, un juego tan intenso como ramplón.

Un Athletic que rápidamente tuvo que sobreponerse al gol anotado por Agüero en el minuto doce. El pequeño delantero argentino se aprovechó de un balón en profundidad por la izquierda para hacer un traje dentro del área a Ustaritz y Ocio. Llegó el mazazo, pero los rojiblancos no estaban muertos. Un minuto después del gol colchonero Etxebe tuvo el empate, pero el disparo cruzado por el elgoibartarra se marchó al poste. Fue una pena ya que el rumbo del partido hubiera variado de manera considerable.

El Athletic siguió pagando las carencias de partidos anteriores y adoleció de profundidad, dinamismo y verticalidad pero aún así fue capaz de plantar cara al Atlético. Un conjunto que evidenció ser uno de los mejores especialistas del `otro fútbol' cuando tiene el marcador a favor. Una renta que pudo ampliar el Kun tras aprovechar una cadena de errores en defensa, pero Iraizoz, una vez más, sacó una mano que salvaba al Athletic. Las dudas se engrandecían y flotaban en el ambiente.

Si a eso le unimos la funesta actuación de Muñiz Fernández es fácil imaginar el cabreo de la parroquia en San Mamés. Y es que el último cuarto de hora de la primera mitad estuvo marcada por los desaciertos arbitrales. No sólo en el apartado técnico, donde no vio o no quiso ver un codazo de Perea a Aduriz que finalizó con la ceja del donostiarra abierta, sino que en el apartado del posicionamiento también estuvo muy flojo. Tras el descanso Caparrós movió ficha e introdujo a Vélez por Javi Martínez. El cambio provocó que un agotado López pasase al centro. Los vizcainos siguieron intentándolo con más fe que acierto, a Ocio le anularon un gol en fuera de juego, pero su gasolina parecía ir agotándose.

La puntilla de Forlán

Bajo estas premisas, el norte estabacada vez más perdido, y sin variaciones en el centro del campo pese a volver a tener a Tiko 40 minutos calentando, Forlán hizo acto de presencia. El charrua se aprovechó de un rechace para marcar un soberbio gol por la escuadra.

El Athletic no perdió la cara al choque y siguió intentándolo. En ese último cuarto de hora el carrusel de ocasiones para Vélez, Etxebe u Ocio se sucedió pero faltó acierto. Además, el colegiado tampoco ayudó al anular un gol de Llorente.