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Hechos son amores...

He leído con detenimiento el discurso del lehendakari en el Parlamento Vasco y ¡no daba crédito! Supongo que él, aunque le haya puesto mucha «ilusión», tampoco se lo cree, salvo que la burbuja en la que vive sea de titanio. Treinta páginas que, si no fueran reiterativas, se quedarían en 15. Discurso autocomplaciente de los logros de su Gobierno, en el que pinta un paisaje idílico en lo social -sanidad, educación, lucha contra la exclusión social, igualdad de género...-, pero lleno de contradicciones. Divertido el discursito, si nos lo pudiéramos tomar como una charlotada más de las que dan por ETB, pero que revuelve el estómago cuando quien lo lanza es el lehendakari con su estilo mesiánico y de convicción personal que es el colmo del engaño.

Pero la realidad es terca. Sanidad, educación... lehendakari, en lugar de introducir como morcillas lo que los respectivos departamentos de tu Gobierno te han escrito, ¿por qué no te paras a escuchar lo que dicen las y los profesionales de estos ámbitos y los sindicatos que les representan? Jóvenes, mujeres, pobres, inmigrantes... ¿cómo crees que están? Te regalo un pequeño apunte. Jóvenes que no se pueden emancipar porque la vivienda está por las nubes y tienen -quienes tienen- contratos basura con los que se les explota, y la inmensa mayoría no llega a mileurista, por muy sobradamente preparados que estén. Mujeres que tú mismo admites su discriminación y hablas de la necesidad de «evitar» ésta, cuando a un gobernante hay que exigirle que la «elimine». Dos conceptos muy distintos, ¿no crees? Pobres, ¡por favor!, decir con orgullo que se ha pactado con el PSE que la renta básica llegue al 88% del SMI, cuando con esa cuantía no se llega ni al umbral de pobreza. Inmigrantes viviendo situaciones de sobreexplotación graves...

Discursos aparte, lo que vemos en sus hechos, que es lo que vale, es que el Gobierno vasco pide con la boca pequeña las transferencias pendientes -Inspección de Trabajo, Empleo, Seguridad Social...- pero en su actuación está aceptando el modelo estatal haciendo dejación de sus competencias plenas al permitir que el Estado legisle, planifique, y en algunos casos hasta ejecute, materias propias. A voz en grito discute el fuero, pero en la práctica traga por quedarse con los huevos que suponen unos miles de euros, cuando en realidad son nuestros y deberían venir vía cupo. ¿No recuerdas que en otro discurso prometiste que ibais a ejecutar todas las competencias y después descontar al Estado los gastos del cupo? Pues mentiste, y ahí está Hobetuz, sin ir más lejos, para demostrarlo. Y, ahora, más de lo mismo con las subvenciones para las situaciones de dependencia, las ayudas para el alquiler de viviendas a las y los jóvenes que tengan contrato de trabajo, el «cheque-bebé» y la educación entre 0 y 3 años...

Pero lo que ha quedado del discursito de marras, y dará para entretener al personal hasta las siguientes elecciones, es el prometido «referéndum» que, me temo, se quede en otro brindis al sol. Y van...

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