alderdi eguna 2007
Ni una palabra de respaldo a la consulta en la despedida de Imaz
Josu Jon Imaz se despidió de la militancia del PNV haciendo «un ejercicio de sinceridad» que se tradujo en atacar a la izquierda abertzale hasta decir que «no son abertzales, son sencillamente fascistas»; en dar un pellizco a Xabier Arzalluz pidiendo a los jeltzales que desconfíen de quien hable de michelines; en un encendido canto a la unidad del partido; y en no hacer ninguna mención a la consulta ni a los planes de Ibarretxe.
Iñaki IRIONDO | GASTEIZ
Dos movimientos de trascendencia marcaban este Alderdi Eguna del PNV. En el ámbito general, la hoja de ruta presentada el viernes por el lehendakari, Juan José Ibarretxe, para la búsqueda de la paz y la normalización, con fecha de consulta incluida. En el terreno interno, la decisión de Josu Jon Imaz de no optar a la reelección como presidente del EBB.
Y precisamente Ibarretxe e Imaz fueron los dos únicos oradores en las campas de Foronda. Ambos insistieron en intentar trasladar una imagen de unidad del partido. Pero cuando el lehendakari quiso agradecer la generosidad de Imaz, lo hizo alabando también y en plano de igualdad la de Joseba Egibar; y el presidente del EBB tuvo también elogios hacia el lehendakari, pero no gastó ni una palabra de su discurso en defender el proyecto presentado por éste en el Parlamento de Gasteiz. Prefirió hablar de la necesidad de «consensos entre diferentes».
¿Y la militancia? Aplaudía, con más o menos entusiasmo, hasta una poco sutil pulla a Xabier Arzalluz a quien tanto aplaudían también con anterioridad. Hubo saludos y muestras de cariño hacia Imaz, y otras no menos efusivas hacia Egibar. Pero volvió a quedar claro que hoy por hoy el principal referente del partido es Ibarretxe.
Ejercicio de sinceridad de Imaz
Como todos los años, en el Alderdi Eguna hubo misa, el desfile sin fin de agrupaciones locales, una variopinta representación de partidos amigos del PNV y la tradicional pancarta de «independentzia» de los jóvenes de EGI, que en gran porcentaje rondan ya la treintena de años.
Pero había un elemento que nunca antes se había producido: el discurso de un presidente del EBB que ha decidido marcharse al terminar su primer mandato. Josu Jon Imaz arrancó con los agradecimientos de rigor y el anuncio de que, como «político sin ataduras», corría el riesgo de ser «demasiado sincero», por lo que se proponía combinar el «ejercicio de sinceridad» con su obligación de ser «responsable y prudente». Al minuto siguiente estaba diciendo que los de izquierda abertzale «no son abertzales. No quieren realmente a este país. No respetan a su gente. Son sencillamente fascistas».
Imaz acusó a ETA de tratar de imponer el futuro de este país en las conversaciones entre partidos de Loiola. Incluso habló de que la izquierda independentista había «manchado un sigla histórica llena de dignidad y de heroísmo con los de la capucha cobarde y el tiro en la nuca», por haber pedido el voto para ANV en favor del proceso de paz y haber dado luego por finalizado el alto el fuego.
El presidente del EBB no hizo mención alguna a que hasta mediados del mismo mes de mayo delegaciones de ETA y el Gobierno, de Batasuna y del PSOE -como recordó Joseba Egibar el viernes en el Parlamento- estuvieron tratando de llegar a un acuerdo que salvara el proceso. Tampoco se refirió a la lectura de lo acontecido en estas conversaciones que ETA hace en el Zutabe 112 y que ayer se recogía en las páginas de este diario.
«Pequeños que sacan pecho»
En su discurso de despedida, Imaz dijo querer hablar de valores. Como «el humanismo» y «la defensa de la libertad», cuyo testimonio dijo que puede encontrarse en los componentes de las gestoras municipales de Ondarroa y Mendexa.
Otro valor es la profundización en el autogobierno y el respeto y defensa de las instituciones, frente a quienes las tachan de «particionistas», en otra referencia a la izquierda abertzale.
Josu Jon Imaz proclamó la necesidad de los acuerdos entre diferentes para construir «el futuro de Euskadi sobre bases só- lidas». En este punto vaticinó que «a quienes se ríen de la transversalidad se les caerá la casa y el país al primer vendaval». Dijo que lo que está en juego en ese debate «no es la transversalidad, sino si la lideramos nosotros o los socialistas». Y dado que había anunciado que iba a ser sincero, apostilló que «como muestra la experiencia de Catalunya, algunos pequeños partidos que ahora sacan mucho pecho estarían encantados de formar parte de un gobierno transversal y mandarnos a la oposición».
«Fuerza, eficacia y honradez»
Recordando palabras de Juan de Ajuriagerra de 1977, Imaz defendió que el PNV debe seguir tres líneas de actuación: «Fuerza, eficacia y honradez». El presidente del EBB dijo sobre la fuerza, y refiriéndose a las disensiones internas, que «tenemos que hablar muy claro sobre esto», pero no leyó la parte de su discurso repartido a los medios en la que se decía que «hemos estado lanzando desde el partido constantemente mensajes diferentes. Sin respetar siquiera en muchos casos lo que los órganos competentes del propio Partido decían». Pese a todo, dijo no querer mirar al pasado y pidió unidad en torno al nuevo EBB que se elija este otoño.
Pero Imaz no olvidó la necesidad de modernizar el discurso del PNV cuando «las fronteras desaparecen y el concepto de independencia y soberanía está cambiando». En este apartado afirmó que «no puede ser que cada vez que alguien avanza en este camino sea inmediatamente acusado de michelín». Aseguró que «nadie tiene derecho a hacer pasar a nadie la prueba del algodón como nacionalista. Desconfiad siempre del que lo haga. Normalmente esconderá otro tipo de intereses particulares». Cabe recordar que fue el anterior presidente del EBB, Xabier Arzalluz, quien en 1999 puso en circulación el concepto de «michelines» dentro del PNV.
Josu Jon Imaz cerró su discurso recordando su trayectoria en el PNV, presentando su renuncia como un servicio al mismo e insistiendo en que, sin cargos y lejos de los medios de comunicación «siempre me tendréis al servicio del partido y del país».
Ibarretxe defiende la consulta
El lehendakari, Juan José Ibarretxe, fue el primero en tomar la palabra y lo hizo para invitar al conjunto del EBB a compartir con él, agarrados de la mano, el aplauso de los miles de jeltzales concentrados en Foronda.
Después, defendió los planes presentados el viernes en el Parlamento, desde el intento de pacto con el Gobierno español a la «consulta habilitadora» en caso de que no haya acuerdo. Ibarretxe insistió en que tratar de dar la palabra al pueblo no puede ser ilegal, y se escudó en que los gobiernos de Catalunya y Andalucía pueden hacerlo. Obvió que esa capacidad está recogida en sus nuevos estatutos, lo que no ocurre con el de la CAV.
El lehendakari finalizó agradeciendo la generosidad mostrada por Egibar y por Imaz. Al éste le abrazó entre gritos de «Ibarretxe aurrera». Elocuente.
Mejor tiempo y más asistentes que el año pasado. Probablemente el de ayer fuera el Alderdi Eguna más concurrido desde que Josu Jon Imaz relevara a Xabier Arzalluz al frente del EBB y del discurso central de esta fiesta del PNV.
Tradicionalmente la primera intervención corría a cargo de la representación de EGI. En esta ocasión, el discurso fue sustituido por un vídeo en el que las juventudes del PNV invitaban a la autocrítica para hacer más atractiva su organización y el partido.
Delegaciones de diversos partidos volvieron a estar presentes en la fiesta. Significativamente, Josep Antoni Durán i Lleida y Artur Mas caminaron por separado. El de Unió por un lado y el de Convergencia con el BNG, representando a Galeuscat.
El PNV gusta en sus grandes actos de que los oradores no se queden atados a un atril, sino que se muevan por el escenario con un micrófono inalámbrico. Así lo hizo Ibarretxe, pero Imaz no pudo. No se le escuchaba bien. Falló la tecnología.
JUAN JOSÉ IBARRETXE
Lehendakari
«¿De qué sirve ser lehendakari si no puedo preguntar a los hombres y mujeres qué pensáis acerca de las cosas?»
«Se están lanzando mentiras enormes sobre una consulta autodeterminista, independentista»
«Si la consulta la hace la Junta de Andalucía es legal, pero si la hace este alocado, independentista o secesionista lehendakari...»
«El PP estuvo dispuesto hasta a cambiar las leyes para enviar al lehendakari a la cárcel, pero no nos va a temblar el pulso»