osasuna Los rojillos sucumbieron a la mayor velocidad del juego colchonero
Muy pocos méritos como para sumar
Un golazo del ex compañero Raúl García enfiló otra derrota a domicilio de la escuadra navarra, a la que le faltó el mordiente suficiente en ataque como para pensar en traerse algo positivo de tierras madrileñas y que terminó padeciendo el momento de forma de Agüero
Natxo MATXIN | IRUÑEA
Osasuna hizo muy poco para sacar tajada frente a un rival que está en racha victoriosa. Sólo dos remates a puerta en los minutos finales y sin que apenas le crearan peligro al debutante Abbiati. Ese es el pobre bagaje de los rojillos en el Calderón, pese a que dispusieran del esférico durante buena parte del partido.
Sin mordiente y sin frescura en ataque es muy difícil obtener puntos. Pero tampoco los navarros supieron sujetar la velocidad de los dos puntas atléticos, cuya movilidad creó un sinfín de ocasiones -hasta 23 remates- y les procuró superioridad en las inmediaciones de un Puñal que estuvo bastante solo.
Y es que Ziganda ensayó una disposición táctica con el de Uharte como único doble pivote, teniendo por delante una línea de cuatro, con un Javi García en ocasiones escorado a la derecha y en otras por el centro. Esquema que se mostró bastante elástico, con Plasil y Vela cambiando de bandas e incluso el mexicano acompañando a Font en la media punta.
La probatura pilló desprevenidos a los anfitriones, que no se esperaban una desenvoltura tan ofensiva de los visitantes. Sólo hicieron falta tres minutos para que Puñal y Font transmitieran sensación de peligro. Pero el efecto sorpresa terminó por diluirse y la probatura no tuvo el efecto deseado, sino más bien al contrario.
La primera línea de cuatro estuvo la mayor parte de la primera parte por delante del balón y a Puñal se le acumulaba el trabajo atrás con las mencionadas maniobras de los atacantes locales. Agüero -sumó hasta seis remates, uno de ellos transformado en gol y otro al poste- y Forlán -dos en el primer cuarto de hora- fueron un tándem perfecto a la hora de generar oportunidades, ante la que la defensa rojilla no supo poner coto.
Y eso que el Atlético no presionaba en exceso y permitía mover la pelota con cierta facilidad, lo que abrigaba cierta esperanza de que en alguna acción aislada Osasuna pudiera horadar la meta defendida por el cedido del Milan.
Convicción que se vio abortada por el trallazo de Raúl García, quien, como ya anunciara con antelación, no celebró su golazo -daño colateral consecuencia de ingresar 13 millones de euros-, una diana que determinaría el devenir del envite.
Posesión sin efectividad
La desventaja en el electrónico obligó al técnico de Larraintzar a volver a sus orígenes. Pandiani se convirtió en el segundo delantero y Juanfran recobró el carril derecho, pero el opuesto quedó huérfano con la salida de Vela y Plasil, donde Font terminó de certificar que no fue su tarde. Muy desacertado a la hora de distribuir la pelota, protagonizó numerosas pérdidas de balón el villarrealense.
Osasuna entonces dispuso de la posesión, pero sin llegada. Tuvo en su poder el esférico y, sin embargo, la pléyade de ocasiones cayó del lado colchonero. Los de Aguirre no tuvieron que pertrecharse atrás, sino esperar a los errores rojillos para salir con una velocidad endiablada a la búsqueda de los huecos -que los hubo- dejados al adelantar las líneas.
Por contra, el daño estadístico de los navarros fue elocuente: a falta de un cuarto de hora para el final llegó el primer acercamiento a los tres palos del oponente. Un cabezazo forzoso de Miguel Flaño a la salida de un corner se convirtió en un susto llevadero para Abbiati, que tampoco tuvo mayores problemas para desbaratar otro testarazo de Pandiani -la mejor oportunidad-, quien de paso se lesionó en el salto. Sólo dos timoratas aproximaciones que dieron paso al zarpazo final de un Agüero que buscó con ahínco y mereció el premio del gol.
Al menos a Osasuna le queda el consuelo de haber dejado atrás otro de los más difíciles escollos de este exigente principio de temporada, aunque el próximo enemigo en El Sadar también se las trae. El Villarreal llega aupado en lo más alto de la clasificación y será una buena prueba de toque para evaluar la buena línea casera.
Con el 2-0 de ayer, Osasuna sigue sumando deméritos en sus visitas ligueras al Calderón. Sólo en seis ocasiones -tres victorias y tres empates- ha conseguido puntuar en dicho campo desde los años ochenta. Ha salido derrotado en las otras trece.
Ziganda hizo autocrítica por lo visto sobre el césped del Calderón: «Nos ha faltado igual frescura, veneno arriba, ser más incisivos, pero es un partido que nos han ganado merecidamente», aseguró el de Larraintzar.
Justificó, de este modo, la derrota en la capacidad deportiva del rival. «Jugamos ante un gran rival. Hemos intentado jugar al fútbol, sacar algo de aquí y comenzamos bien el partido, pero ellos tienen muchísima pegada hoy en día. Se han puesto por delante con un gol de Raúl García y a la contra tienen jugadores rápidos. Nos ha ganado un gran equipo y han sido justos vencedores», declaró.
Es por ello que reconoció que «siempre se puede hacer más» para frenar a un oponente como el Atlético, pero «para puntuar aquí hay que hacer muchas cosas bien. Aparte de jugar bien, hay que tener pequeños detalles importantes. Ellos han tenido mucha tranquilidad, mucha pausa, sabiendo que en algún momento u otro podían marcar gol», añadió.
Josetxo Romero fue uno de los protagonistas del partido al sufrir un fuerte codazo en la barbilla tras un encontronazo con Luis García. Tras ser retirado en camilla, el iruindarra regresó al terreno de juego con un parche en la zona afectada.
«No sabía si iba a poder continuar porque, aparte de la brecha en la barbilla, tenía bastante dolor en el cuello por el fuerte golpe», indicó el defensa, para quien «enfocamos bien el choque en los primeros minutos, pero ellos definieron más».
El equipo juvenil de División de Honor lidera en solitario la categoría tras imponerse a domicilio al Río Vena (0-2) y tropezar el Pamplona ante el Danok Bat. Los goles rojillos fueron anotados por San Martín y Ekhi, mientras que Imanol paró un penalti.
Pendiente del examen médico que le practiquen a lo largo de la jornada de hoy, Walter Pandiani sufrió un pin- chazo en su pierna derecha a falta de cinco minutos para el final. Fue en la única jugada en la que hubo un remate claro por parte de los rojillos.
El caboverdiano debutó con Osasuna en el Calderón, donde dispuso de un cuarto de hora para demostrar que puede ser un jugador interesante con el balón en los pies y con mucha pelea. También el mexicano Vela saltó por primera vez como titular.