Es evidente que ayer el Athletic mejoró notablemente su juego y ofreció unos síntomas de equipo rocoso no vistos hasta el momento. Pero la realidad es que los resultados continúan sin llegar y que al igual que las dos temporadas precedentes, en las que sobra recordar todo lo que se ha sufrido, el Athletic cuenta con tan sólo 5 puntos en seis jornadas. Está claro que el proyecto de Caparrós -que para que engañar a nadie, no era la opción más prestigiosa del mercado internacional-, necesita confianza y partidos como el de ayer deben de otorgársela. Ahora bien, resulta sumamente curioso que algunos de los que avasallaron a Mendilibar con los mismos puntos que ahora, hoy día hagan gala de una extrema exquisitez con el utrerano. Ni lo uno, ni lo otro, pero para que Caparrós haga de sus palabras hechos y la paciencia se convierta en una herramienta constructiva es necesario que los resultados lleguen rápido.