NUMANCIA | La proximidad geográfica, la garantía de cobro, la tranquilidad y el buen ambiente en el vestuario y en la ciudad atraen a Soria
El éxito de una apuesta sistemática por el fútbol vasco
Su presidente, Francisco Rubio, tiene en el Athletic a su segundo club y explica que siempre busca técnicos y jugadores vascos dentro de una filosofía especial
Joseba ITURRIA | SORIA
El Numancia confirmó el sábado ante la Real que es el equipo revelación en Segunda con una filosofía especial y una coherencia anormal en el fútbol profesional actual que lidera su presidente, Francisco Rubio. Este constructor fue invitado a salvar al club hace quince años cuando estaba perdido en peligro de desaparición en Segunda B y lo ha llevado a sus páginas más gloriosas con dos ascensos a Primera y una continuidad en Segunda pese a ser el equipo de una ciudad de sólo 33.000 habitantes y tener uno de los presupuestos más bajos de la categoría, inferior a los cinco millones de euros, una quinta parte del presentado por la Real.
Rubio mira hacia el Norte y busca en Euskal Herria técnicos y jugadores sobre los que desarrollar la filosofía que quiere para su club. En los últimos años han pasado por su banquillo Lotina, Martín Monreal, Sarabia, Goikoetxea y ahora Gonzalo Arkonada, que tiene a sus órdenes a seis jugadores vascos: Nagore, Bolo, Brit, Palacios, Felipe y Jaio.
«Esto no es casualidad -explica Francisco Rubio-. Nuestro club a lo largo de sus 62 años de historia siempre ha competido con el grupo vasco-navarro y eso hace que hayamos asumido esa filosofía de trabajo, honradez, disciplina y su estilo de fútbol. De hecho, mi segundo club es el Athletic. Por eso buscamos a entrenadores y jugadores que respondan a este estilo».
Una filosofía definida
El presidente del Numancia explica que «tenemos una filosofía clara en mis quince años en el club. Creemos en una gestión en la que nos ajustamos a lo que ingresamos. Gastamos lo que podemos generar, porque al final si no ingresas más, me toca poner el dinero a mí, como sucedió la única vez en la que cometimos ese error en nuestro segundo año en Primera».
Rubio aprendió de aquel error y ahora sólo ofrece lo que puede pagar y con esa filosofía saca un gran rendimiento a uno de los presupuestos más bajos de la categoría: «A los jugadores no podemos ofrecerles más dinero, pero sí otros activos como vivir en una ciudad tranquila, muy acogedora y jugar en un club sin presión y la garantía de que van a cobrar a final de mes todo lo prometido, porque en el fútbol se miente bastante. A los futbolistas vascos además les ofrecemos la proximidad con su tierra y por todo ello vienen aquí y buena prueba de lo bien que se encuentran es el caso de Patxi Bedia. Vino como jugador hace catorce años y aún sigue con nosotros como fisioterapeuta».
Rubio ha puesto mucho dinero en el Numancia. Él construyó el nuevo campo de Los Pajaritos -«en 150 días a pesar de que el ayuntamiento no nos daba los 500 millones para construirlo»- y además puso el equivalente a 2,7 millones de euros para la construcción en unos terrenos suyos de una ciudad deportiva que lleva su nombre y en la que espera formar jugadores para su equipo. «No es fácil porque en Soria somos pocos y los chavales con 17 años se van fuera para estudiar, pero cuando llegué al club no había nada más que el primer equipo y el año pasado el filial casi sube a Segunda B, tenemos al juvenil en la División de Honor y 450 chavales en nuestra cantera. Creo en ella y ya han salido tres jugadores para el primer equipo, -Pavón, Rafa y Mario- y tener un entrenador que ha trabajado con la cantera como Gonzalo Arkonada nos puede ayudar mucho».
Disfrutar en una ciudad tranquila
Txomin Nagore, César Palacios, Felipe Guréndez y Jon Pérez Bolo han encontrado en Soria una vez superada la treintena un buen lugar para asentarse después de su dilatada experiencia en Primera. Para ellos es un buen lugar para disfrutar en la parte final de sus carreras.
Como explica Txomin Nagore, ex de Osasuna, Athletic, Atlético, Mallorca, Celta y Levante, llega un momento en el que no merece la pena conocer más plazas y volvió a Soria, donde ya jugó en Primera. «Estoy a dos horas de Irurtzun, tengo una hija y con estas edades no te planteas ya cambiar de aires porque el dinero que he podido ganar en el fútbol ya lo he ganado. Además aquí sabes que cobras el 100% de lo que te dicen, es un club modelo en Segunda que te permite jugar a un nivel competitivo. El objetivo es la permanencia, y cuando la consigamos podremos plantearnos más en función de lo que quede. Estamos la misma plantilla del año pasado con tres o cuatro refuerzos, coincidimos muchos jugadores de nuestra tierra y para jugar a fútbol es un buen lugar. Además el vestuario es muy importante, todos nos llevamos muy bien y todo eso influye».
El ex osasunista César Palacios comenta que «como filosofía el Numancia ha buscado hacia el Norte en busca de un tipo de jugador trabajador, constante, fiable y honrado y eso al final da rendimiento. Todo esto en Soria lo valoran mucho. Es un sitio en el que te acogen bien, el ambiente es muy sano, tienes tranquilidad y eso te hace sentirte muy a gusto».
Jon Pérez Bolo, tras su paso por Athletic, Osasuna, Hércules, Rayo y Nàstic, comenta que «es mi segunda temporada aquí y estoy a gusto. Confían en los vascos por nuestra forma de ser, nos tratan muy bien e intento dar todo por este equipo. Ya no pienso en la Primera, me centro en el presente y en disfrutar del fútbol. Si no puedes jugar en Primera, juegas en Segunda e igual disfrutas del fútbol más».
Buen sitio para jugar sin presión
Felipe Guréndez, ex jugador del Athletic que cumple su segundo año en Soria, también destaca que «aquí gustan los vascos, se vio el año pasado con Goikoetxea y éste con Arkonada, se valora mucho su trabajo y nosotros estamos a gusto aquí. Este es un buen sitio para trabajar, sin presión, y el hecho de que haya más vascos te ayuda a integrarte mejor. Además tenemos un equipo en el que no hay figuras, todos tenemos un nivel parecido, no hay diferencias en el plano económico, y todo eso se refleja luego en el campo».
Gorka Brit, formado en la cantera de la Real y que pasó por Osasuna y Salamanca entre otros, destaca que el Numancia es «casi una familia. Desde los jugadores, los directivos y los aficionados, todos estamos muy unidos y eso se nota los domingos. Yo aquí estoy muy bien, llevaban años interesados en mí y es mi segundo año aquí. Es una ciudad tranquila y además hemos empezado bien, aunque nuestro objetivo primero es llegar a los 50 puntos de la permanencia. Luego intentaremos acabar lo más alto posible».
Egoitz Jaio, central formado en la cantera del Athletic y que pasó por Ferrol y Tarragona antes de recalar en el Numancia, comenta que «Soria está cerca y el club se fija en nosotros y que haya más gente de tu tierra ayuda a hacer más piña aunque luego igual te puedes llevar mejor con uno de otra punta. Todavía es pronto porque sólo llevamos siete partidos, pero estamos arriba y esperamos seguir así y en lo personal a ver si puedo jugar más que hasta ahora. Llevo un año casi sin jugar y quiero hacer las cosas bien para poder tener una continuidad».