Les escribo desde Buenos Aires, Argentina, para expresarles mi repudio por las recientes medidas tomadas por la Justicia española respecto a Batasuna. Como descendiente de vascos, pero también como politólogo y profesor de la Universidad de Buenos Aires, creo que el Estado español está cruzando un peligrosa frontera: la del Derecho. Efectivamente, cuando la única argumentación es la fuerza y el poder, el derecho queda excluido. La autodeterminación del pueblo vasco, ya que de eso se trata el debate, es una aspiración histórica que debería ser tomada seriamente en cuenta. Sin embargo, ésa no parece ser la actitud de los partidos políticos españoles; es más, algunos líderes realizan declaraciones irresponsables como las del presidente de la Junta de Galicia sosteniendo que « la globalización torna extemporánea la pretensión de autonomía vasca». Un verdadero despropósito lo de este señor. Con el mismo argumento se hubiera podido sostener en mi país en la dictadura que «no era tiempo de derechos humanos», algo así decían los militares asesinos.

Los saludo y expreso mi solidaridad con el pueblo vasco y su aspiración independentista. Creo que el Derecho, como sostenía irónicamente Carl Schmitt, nunca pude ser «lo que yo y mis compadres tenemos a bien». Esa es la actitud del Estado español hoy en día.