Ankara ataca Kurdistán Sur 24 horas antes de que se debata la invasión
La artillería turca bombardeó supuestas bases del Partido de los Trabajadores Kurdos (PKK) en Kurdistán Sur -al parecer no hubo víctimas-. El ataque coincide con el inicio, a partir de hoy, de los debates en el Parlamento de Ankara sobre una moción que autoriza al Ejército turco a invadir Kurdistán Sur. El PKK anunció una dura resistencia en el caso de que Ankara decida cruzar la frontera. EEUU rechaza la intervención turca por ser contraria a sus intereses en Irak.
GARA |
La tensión en la frontera que divide Kurdistán entre Turquía e Irak se disparó ayer después de que la artillería turca entrara en acción en la noche del sábado. Los ataques continuaron ayer con el lanzamiento esporádico de obuses contra la región de al-Amadiyah, a una quincena de kilómetros de la frontera turca. Las bombas alcanzaron también a aldeas próximas a la ciudad fronteriza de Zakho, en el extremo norte de Kurdistán Sur, cuyos habitantes comenzaron a huir, según indicó el portavoz del gobierno regional Jamal Abdallah.
El bombardeo, además de aumentar aún más la tensión en la región, viene a «calentar» el debate que hoy se inicia en el Parlamento turco sobre una moción que autoriza al Ejército turco a invadir Kurdistán Sur, presentada por el Gobierno del islamista moderado Recep Tayyip Erdogan para complacer a un Ejército cuya presencia en la vida política del país continúa siendo insoportable.
El viernes, el propio Erdogan aseguró estar preparado para hacer frente al rechazo internacional que generaría la invasión y dispuesto a «pagar» el precio de una intervención que pretende debilitar las bases del PKK.
En Ankara saben que la invasión no resolvería sus «problemas» con el pueblo kurdo, pero la presión de los militares y la histórica incapacidad de las autoridades turcas para solucionar de manera democrática el largo conflicto parecen empujar al actual Gobierno turco a una aventura militar de consecuencias imprevisibles y rechazada por Estados Unidos e Irak. Washington, en función de su propia agenda, no ve con buenos ojos una invasión contraria a sus intereses en Irak y que desestabilizaría Kurdistán Sur.
Entretanto, un portavoz del PKK en Kurdistán Sur, Abdul Rahman al-Jardershi, confirmó ayer los bombardeos turcos y negó que su organización desencadenará operaciones en Turquía desde territorio iraquí. «La información que afirma que el PKK cruza [la frontera] hacia Turquía no es correcta», afirmó a la agencia AFP en una conversación telefónica. «No salimos de Kurdistán y no contemplanos Turquía a partir del Kurdistán iraquí», añadió.
Por su parte, el jefe militar del PKK, Murat Karayilan, advirtió ayer de que ofrecerá una dura resistencia y que hará a Turquía «experimentar una guerra como la de Vietnam» si Ankara aprueba una invasión de Kurdistán Sur. En declaraciones a Associated Press, desde las montañas de Qandil, a unos 150 kilómetros de la ciudad de Sulaimaniya, Karayilan aseguró que la reacción del PKK a un ataque será «prolongada y sangrienta».
Karayilan indicó que el PKK sólo se defiende de los ataques de los turcos -Ankara siempre ha despreciado las treguas y los llamamientos kurdos a negociar-. «No es la primera vez, esto ha ocurrido muchas veces antes y nadie habló de ello», sostuvo Karayilan, quien se preguntó «entonces, ¿por qué ahora?».
Por otro lado, dos jóvenes pastores de 13 y 14 años resultaron muertos ayer por la explosión de un artefacto abandonado en una caja en Erhaci, en la provincia kurda de Igdir, fronteriza con Armenia, zona de esporádicos enfrentamientos entre ocupantes turcos y kurdos.
Si la posible invasión turca de Kurdistán Sur enturbia las relaciones entre Turquía y EEUU, el genocidio armenio amenaza con ampliar la brecha entre los dos socios hasta límites insospechados.
El jefe del Ejército turco, el general Yasar Büyükanit, afirmó, en declaraciones recogidas por el diario «Milliyet», que las relaciones entre los ejércitos turco y estadounidense no serán las mismas si el pleno del Congreso de EEUU aprueba el documento ya aprobado en Comisión.
«Puedo decirles que si la resolución pasa en la sesión plenaria las relaciones militares jamás serán las mismas», aseguró el militar. «EEUU es un importante aliado, pero un aliado no actúa de ese modo», añadió.
Sin embargo, la presidenta demócrata de la Cámara de Representantes estadounidense, Nancy Pelosi, se reafirmó ayer en su determinación para que el pleno vote la resolución sobre el genocidio armenio en noviembre, en contra de la opinión del líder republicano en la cámara, John Boehner, que manifestó a la ultraconservadora cadena Fox que en caso de votarse la resolución sería una «irresponsabilidad» porque Turquía era un «importante aliado en la guerra contra el terrorismo».
El representante conservador recordó que el genocidio había pasado hace 90 años y ahora debía ser tratado por los «historiadores y no por los políticos».