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Ibarretxe apela a Downing Street en la antesala de su visita a La Moncloa

Mañana Juan José Ibarretxe tiene cita con José Luis Rodríguez Zapatero para trasladarle directamente su oferta de «pacto entre Euskadi y España». Aunque el presidente español ya ha adelantado su rechazo a la propuesta, el lehendakari se dará de plazo hasta junio de 2008 antes de dar el siguiente paso marcado en la «hoja de ruta» que presentó en el Parlamento de Gasteiz el pasado 27 de setiembre.

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Txisko FERNÁNDEZ |

Las distintas fuerzas políticas vascas, así como las españolas, suelen apelar a la «vía irlandesa» casi siempre de forma interesada, es decir, intentando que sus propias posiciones salgan refrendadas gracias a una interpretación más o menos «manipulada» de lo que realmente ha supuesto el proceso de paz para la ciudadanía de la isla.

Durante la gira que ha realizado esta semana por Chile, Argentina y Colombia, Juan José Ibarretxe ha intentado equiparar su «hoja de ruta» nada más y nada menos que con la Declaración de Downing Street. El lehendakari del Gobierno de Lakua mantiene que con la propuesta que lanzó en el pasado Pleno de Política General en el Parlamento de Gasteiz ha ofrecido directamente al presidente del Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, la posibilidad de concluir con él «una especie de Downing Street, en lo que fue el modelo irlandés, para que juntos, tras de ser ratificado en el Parlamento vasco, lo propongamos para su ratificación a la sociedad vasca».

Al ser preguntada sobre qué resultado espera de la reunión de mañana entre Ibarretxe y Zapatero en La Moncloa, la portavoz del Ejecutivo autonómico, Miren Azkarate, insistía ayer en esa idea: «¿Cómo se desbloqueó [el conflicto] en Irlanda? A través de un acuerdo entre Londres y Dublín mediante la Declaración de Downing Street. Y el acuerdo final -añadió- tiene que darse entre las formaciones políticas. Hay que intentar abrir esa puerta entre los dos jefes de gobierno».

Las apelaciones al proceso irlandés tienen en este momento una clara connotación positiva, ya que, después de 14 años desde aquella histórica declaración, el proceso hacia la paz y la normalización política parece encarrilado en la isla.

La autodeterminación, clave

No deja de sorprender que Ibarretxe se equipare a los protagonistas del acuerdo suscrito el 15 de diciembre de 1993 entre el premier británico, John Major, y el taoiseach irlandés, Albert Reynolds, ya que ambos actuaban como representantes de dos estados soberanos, lo que no ocurrirá mañana en La Moncloa.

No obstante, lo importante de aquella declaración no residía en los actores, sino en el fondo del acuerdo que se comprometieron a respetar tanto el Reino Unido como la República de Irlanda. Y llegados a este extremo, no hay lugar a interpretaciones, ya que quedó muy claro que cualquier acuerdo debía basarse en el respeto a que la ciudadanía pudiera «ejercer el derecho de autodeterminación sobre la base del consentimiento, presente y libre en el norte y sur, de crear una Irlanda unida si tal es su deseo»; asimismo, los británicos expresaban su intención de «defender el deseo democrático de la mayoría del pueblo de Irlanda del Norte en la cuestión de si desean mantener la Unión [con Gran Bretaña] o una Irlanda unida soberana».

Habrá que esperar 24 horas para conocer si, como ha reiterado en tierras americanas, Ibarretxe realmente plantea a Zapatero una fórmula similar a la Downing Street para Euskal Herria; para el conjunto del territorio vasco, para los cuatro herrialdes del sur o para la CAV.

Más clara aparece la posición con la que el presidente español espera a Ibarretxe, ya que Zapatero ha reiterado que le dirá no a la posibilidad de celebrar una consulta «legal» a la ciudadanía de Araba, Bizkaia y Gipuzkoa. Y, además, ha vuelto a poner la Constitución española como límite a cualquier tipo de acuerdo. «En este país se respetan las leyes y la Constitución, y todo aquello que no lo respete no se puede hacer», espetó Zapatero el viernes, precisamente en la jornada dedicada a la «Fiesta Nacional» española.

La Fundación por la Libertad intenta «neutralizar» a Sudáfrica

Dirigentes de la Fundación por la Libertad, que preside Nicolás Redondo Terreros, viajaron en setiembre a Sudáfrica con el fin de intentar «neutralizar la campaña internacional» que realizaron este verano el mahakide Joseba Álvarez, por un lado, y el consejero de Justicia del Gobierno de Lakua, Joseba Azkarraga, por otro. Allí se han entrevistado con numerosos representantes políticos e institucionales y también con mediadores o expertos en resolución de conflictos, con los que previamente y a lo largo de los meses de junio y julio se habían reunido los representantes de la izquierda abertzale y de Lakua.

Parte de este equipo de mediadores sudafricanos visitó Euskal Herria hace apenas unas semanas.

Según explicó ayer a Europa Press el vicepresidente de la Fundación para la Libertad, Javier Elorrieta, de su visita al país africano, en la que estuvo acompañado de Eudardo Uriarte, sacaron la conclusión de que se trata de mediadores «de parte» y que su discurso defiende las «tesis nacionalistas». Transmitieron también su preocupación por que «un hito reciente de la historia de la humanidad como supone la superación del apartheid se viera manipulado por un nacionalismo vasco de origen etnicista y por la manifestación terrorista de éste».

En cuanto al resultado de las entrevistas con el viceministro de Exteriores y el Ministro de Inteligencia, Elorrieta dijo que fue más «satisfactorio» y que «ofrecieron absoluta garantía de que ninguna personalidad sudafricana apoyará ningún tipo de secesionismo». GARA

El marco

La declaración suscrita por John Major y Albert Reynolds en 1993 recogía el compromiso de ambos estados para reformar el marco jurídico-político en caso de que así lo exija la voluntad soberana de los irlandeses.

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