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Iñaki Lekuona Periodista

El perfil de Michèle Alliot-Marie

Un millón de cámaras de vigilancia de aquí al año 2009. Dice la ministra de Interior francesa, Michèle Alliot-Marie, que «la opinión pública francesa está preparada» para aceptarlo. Dice también que gracias a estos ingenios orwellianos la delincuencia ha descendido en los últimos tiempos. Dice que es hora de modernizarse y que también prevé lanzar unos cuantos «drones», esos simpáticos aviones que parecen de aeromodelismo y que habitualmente se utilizan en las guerras y sobrevolarían según M.A.M., «barrios sensibles» o «manifestaciones».

Ha sido anunciarlo y los aguafiestas de siempre han comenzado a quejarse: que si se viola la privacidad, que si vamos directos hacia el control social, que quién vigila a los vigilantes, que si son de medidas liberticidas... Nada más lejos de las intenciones de Michèle Alliot-Marie, que ha declarado que «vigilaré para que la seguridad de los franceses se asegure en el respeto a sus libertades».

Quienes conozcan un poco a la ministra francesa de Interior sabrán de su amor por las cámaras. Cuántas veces en plena rueda de prensa se habrá detenido en su discurso para mirar sonriente al objetivo y mostrar su mejor perfil.

Sin duda, de ahí le viene esa insistencia suya en instalar cámaras por doquier. Que nadie se equivoque; eso que va diciendo por ahí de que «la videovigilancia es una necesidad frente al terrorismo, un instrumento contra la inseguridad» es un discurso para justificarse ante los ciudadanos. Lo que le importa de verdad es poder sentirse observada como si de una estrella de cine se tratara, paseando glamourosa por las calles de París, o caminando lozana por el centro de Baiona.

Por esa razón y no por otra quiere instalar tantas cámaras. Y por eso mismo no le interesa colocar videovigilancia en el interior de las comisarías, mucho menos en las salas de interrogatorio: como ella no va a ser interrogada nunca, para qué malgastar en cámaras que jamás van a filmar su helénico perfil. Hollywood ha perdido una estrella, pero la República ha ganado una pedazo de presentadora para el Gran Hermano.

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