Jukka Takala, director de la Agencia Europea, que tiene su sede en Bilbo, reconoce que son millones de trabajadores europeos los que se encuentran afectados por los trastornos musculoesqueléticos en diferente grado. «Los trastornos musculoesqueléticos reducen la rentabilidad de las empresas» y, por el contrario, «aumenta los costes sociales públicos. Reducen la empleabilidad y la capacidad laboral de los afectados y, por lo tanto, es importante afrontar este grave problema desde un punto de vista moral y ético».

La realidad demuestra que un 25% de los trabajadores, es decir, uno de cada cuatro, sufre dolor de espalda a causa de su trabajo y otro 23% manifiesta dolores musculares. Para tener en cuenta la gravedad del problema basta indicar que un 62% de los trabajadores, dos de cada tres, está expuesto al menos una cuarta parte del tiempo de trabajo a movimientos repetitivos de las manos y los brazos, otro 46% -casi la mitad de los trabajadores- trabajan en posturas que causan dolor o cansancio y el 35%, más de uno de cada tres, dedica su tiempo de trabajo al transporte o movimiento de cargas pesadas.

Estos datos están aportados por el Observatorio de Riesgos de la Agencia Europea. Durante este año se ha hecho hincapié en estos temas para tratar de concienciar a la sociedad de este grave problema, pero en realidad se demuestra una vez más que los empresarios están haciendo caso omiso a sus obligaciones de contar con unos puestos de trabajo en condiciones de seguridad y salud. La ineficacia, por otro lado, de la Administración pública en la medida en que no existe un control exhaustivo de esas condiciones también se pone de manifiesto ante este problema de salud que afecta a los trabajadores.

Roland Gauthy es el autor de una publicación del Instituto Sindical Europeo para la Investigación, la Formación y la Salud Laboral (ETUI-REHS) bajo el título de «Los trastornos musculoesquelético. Una pandemia mal comprendida».

En el trabajo expone con naturalidad que con los datos que hay en la actualidad se manifiesta un problema grave, pero asegura que todavía hay una subdeclaración de este tipo de patologías profesionales, que se atienden como enfermedades comunes, o que se desvían por parte de los empresarios y de las mutuas para evitar su verdadero impacto. En sí, Gauthy reconoce que hay una falta de medidas de protección en los centros de trabajo.

«Después de veinte años de una legislación preventiva se puede decir que no se ha producido una mejora en las condiciones de trabajo. Es ineficaz y se está demostrando que hay una inadecuación monstruosa de las actuaciones», explica el responsable de ese organismo, que pertenece a la Confederación Europea de Sindicatos (CES). Roland Gauthy asegura que «la precarización del trabajo, el aumento de las nuevas fórmulas de organización del mismo, la extensión horaria y los contratos atípicos y la mayor presión física y síquica actúan de manera directa frente a la población ocupada». Esta situación supone que los trastornos musculoesqueléticos son la causa del 50% de las bajas laborales y el 60% de la incapacidad permanente en el trabajo. Según los datos del estudio, esos trastornos tiene un coste económico de entre el 2,6% y el 3,8% del producto nacional bruto, una cantidad muy importante. En Alemania provoca la jubilación del 26% de los afectados.