XVII congreso del pcch
El PCCh avala el liderazgo y la nueva aportación ideológica de Hu Jintao
El XVII Congreso del PCCh ratificó a Hu Jintao y a sus aliados en la cúspide del poder y elevó a los estatutos del partido las principales aportaciones ideológicas del hombre fuerte de China, la «sociedad armoniosa» y el «desarrollo científico». En espera de las incorporaciones al Comité Permanente del Politburo -que se conocerán hoy-, la retirada del vicepresidente chino, Zeng Qinghong -fiel aliado de Jiang Zemin- confirma la preeminencia hoy de Hu.
Dabid LAZKANOITURBURU
El Partido Comunista Chino (PCCh) ratificó el liderazgo del actual secretario general y presidente del país, Hu Jintao, reforzando su poder y su equipo en la cúspide de esta formación política y del Gobierno, elevando sus principales aportaciones ideológicas a rango de doctrina oficial del partido.
El congreso quinquenal reeligió para el Comité Central del PCCh a cinco de los nueve miembros del Comité Permanente, entre ellos el presidente Hu y su principal aliado, el primer ministro, Wen Jiabao. También fueron reelegidos Wu Bangguo, actual presidente de la Asamblea Nacional Popular (ANP, Legislativo), Jian Qinglin, presidente de la Conferencia Consultiva Política del Pueblo Chino (CCPPC) y Li Changchun, «número ocho» en la jerarquía.
Por contra, y pese a ser anunciada, destacó la no reelección del vicepresidente de China, Zeng Qinghong, considerado el delfín del antecesor de Hu al frente del partido, Jiang Zemin, máximo exponente de la Tercera Generación. Su salida del Comité Central le impide automáticamente formar parte del grupo de nueve miembros del Comité Permanente, núcleo duro del poder en China
Todo apunta a que Hu logra así rodearse de un equipo más fiel, lo que le permitirá afrontar los cinco años que le quedan de mandato para poner en marcha las líneas maestras de su política en un país que conoce un crecimiento económico espectacular pero que tiene sus «daños colaterales» en desigualdad social y polución ambiental.
«Desarrollo Científico»
Antes de la ceremonia de clausura del Congreso, los más de 2.000 delegados del partido, reunidos desde el pasado lunes, aprobaron inscribir en los estatutos de la formación política china -la mayor del mundo con más de 70 millones de personas- la noción de «desarrollo científico».
Kexue fazhanguan (literalmente desarrollo según un concepto científico), es el segundo de los dos grandes conceptos ideológicos que constituyen la aportación de Hu, en el que apuesta por un desarrollo sostenible en versión china, con un crecimiento económico menos acusado, con menor despilfarro de recursos y corrupción y más respetuoso con el medio ambiente.
La primera aportación ideológica de presidente, la de la «sociedad armoniosa», fue elevada a rango constitucional en la apertura del Congreso del partido, hace siete días.
Así, Hu se convierte en el cuarto dirigente chino en marcar su impronta en la Constitución del PCCh después de Mao Zedong, Deng Xiaoping y Jiang Zemin.
En su breve discurso de clausura de esta cita quinquenal del partido, Hu apeló a sus camaradas a «perseverar sin desmayo en la política de reforma y apertura» y a «promover el desarrollo científico y la armonía social». Durante estos seis días, el presidente chino ha insistido en la necesidad de un «desarrollo equilibrado para asegurar un crecimiento rápido pero sano» del gigante asiático, el país más poblado del mundo (1.300 millones de habitantes) y la virtual tercera economía del planeta.
Incógnitas
Nadie duda ya de que Hu contará a su lado hasta su retirada en 2012 con un equipo más favorable que el que heredó en 2002, cuando un Jiang Zemin en retirada pero fuerte logró incluir a varios de sus hombres y permanecer un año más al frente de la Comisión Militar Central del Ejército Popular.
Hu «cuenta ya con todas las armas para reafirmarse en los próximos cinco años», asegura el sinólogo Ralpg Cossa.
Junto a Zeng Qinghong, tampoco Luo Gan y Wu Guanzheng, también miembros del Comité Permanente (el Comité de loss Nueve) han sido elegidos al Comité Central. Las retiradas de ambos, con 72 y 69 años respectivamente, estaban cantadas.
La retirada de Zeng Qinghong -él mismo aseguró hace poco que deseaba jubilarse- tiene sin duda una mayor significación política. No en vano el hasta ahora número cinco del partido se labró su carrera a la sombra de Jiang Zemin en 1984 en Shangai, capital económica del país.
Cuando Jiang fue ascendido a la máxima jefatura en China en 1989, se llevó a su lado a Zeng, considerado por algunos analista el verdadero inspirador de la política de Jiang de las «Tres Representaciones», que supuso la apertura del partido a sectores empresariales.
A la cabeza del conocido como Clan de Shangai, Zeng Qinghong accedió al Politburo de 25 miembros en 1997 y fue aupado a la Comisión Permanente en el XVI Congreso de 2002.
Exponente de los conocidos como princelings -es hijo de Zeng Shan, quien dirigió una de las bases militares del PCCh en su rebelión en los años 30 y su madre fue una de las pocas mujeres que participó en la Larga Marcha-, la retirada de Zeng Qinghong no despeja, con todo, la cuestión de la verdadera influencia que mantiene Jiang en el partido.
Del anuncio oficial se deduce que al menos habrá cuatro nuevos miembros (el cuarto a ser sustituido, Huang Ju, falleció en junio), entre los nueve del nuevo Comité Permanente del Buró Político del Comité Central.
Las sustituciones se anunciarán hoy o incluso mañana, cuando se reúna el nuevo Comité Central (204 miembros permanentes y 167 suplentes) en su primera sesión plenaria, para elegir a su secretario general, titulares y suplentes del Politburo, así como a los miembros del Comité Permanente.
En espera de los nuevos nombres, de lo que no hay duda es de que la nueva dirección seguirá siendo esencialmente colegiada, fiel al estilo de Hu.
En el primer semeste de 2007, la economía china ha crecido un 11,5%. Destronará en breve a Alemania del tercer puesto en el ranking mundial. Sus reservas financieras son las mayores del mundo y todos sus datos macroeconómicos son gigantescos.
Con motivo del Congreso, la televisión pública ha rescatado en sus programas antiguas canciones revolucionarias. Decenas de cantantes han ofrecido versiones de canciones como «Mi patria es mía» y «El Oriente es rojo».
La lucha contra la corrupción y la promoción de la honestidad, si no novedosa desde los años ochenta, ha estado vigente también en el Congreso. Hu ha hecho de esta lucha uno de sus caballos de batalla, con una campaña de manos limpias en el partido.
La creciente presencia de China en la escena internacional corre pareja con la modernicazión del Ejército Popular, cuya historia aparece unida a la del PCCh.
Los analistas destacan la importancia de cinco nombramientos recientes en la esfera milicar. Se trata del nuevo ministro de la Comisión de Ciencias y Técnicas de la Defensa Nacional, Zhang Qingwei, y la de cuatro oficiales promovivos en el seno del Departamento General de Armamento del Ejército Popular de Liberación (EPL).
El punto común de estos nuevos nombramientos es su pertenencia al «club espacial». Se trata de especialistas reconocidos en la industria espacial y sus nuevos cargos revelan las prioridades de China en materia militar-industrial y en tecnología de misiles.
«El espacio es la clave para hacer del EPL una fuerza de alta tecnología», confirma Kevin Pollpeter, especialista estadounidense en cuestiones de defensa de China.
Pero no es éste el único eje del desarrollo de un Ejército chino ambicioso. «La modernización afecta asimismo a la Marina y al Ejército del Aire (...) China aspira a dotarse de los medios contra su único enemigo, EEUU», precisa Jean-Vincent Brisset, director de investigación del Instituto de Relaciones Internacionales y Estratégicas (IRIS).
En la apertura del Congreso, Hu Jintao insistió en la necesaria modernización de la Defensa. «Para hacer más poderoso al Ejército con la ayuda de las ciencias y las técnicas, habrá que acelerar el desarrollo (...) conforme a nuestro objetivo estratégico de edificar una Armada informatizada», aseguró el presidente chino.
Se comprenden los grandes esfuerzos presupuestarios en materia de Defensa en los últimos años. Y es que aunque el EPL es la mayor Armada del mundo con 2,3 millones de soldados y 600.000 miembros de la Policía Militar, los presupuestos no cubrían hasta hace poco apenas más que el pago, mantenimiento y la impedimenta de los soldados. Así, Beijing ha anunciado un presupuesto de Defensa de 45.000 millones de dólares, un incremento del 17,8% respecto al año anterior.
Paralelamente, China multiplica los intercambios y los ejercicios conjuntos con Ejércitos extranjeros.
El repunte en las capacidades militares chinas corre parejo con su creciente peso en la arena internacional. Y es que la clave de muchos de los dossieres más sensibles para EEUU se halla cada vez más en Beijing.
Mientras otorgaba su medalla al Dalai Lama, el Congreso de EEUU ha denunciado esta semana a China por su «pasividad» en la crisis en Birmania.
En contraste, China y EEUU han trabajado desde la cooperación para resolver la cuestión nuclear norcoreana. No obstante, Beijing mantiene su rumbo frente a las presiones estadounidenses en otras cuestiones y se niega a hacer suyos los objetivos diplomáticos de EEUU. Así, rara vez se asocia en el Consejo de Seguridad a las iniciativas occidentales contra países como Sudán e Irán y desarrolla relaciones propias en Africa y América Latina. «EEUU tienen un problema con China», coinciden los expertos.
Es otro de los ejes de la nueva China. Busca convertirla no sólo en la Fábrica del Mundo sino darle un lugar en los sectores económicos punta, como la aeronáutica. Ello pasa por limitar la presencia de firmas extranjeras, un tema cada vez más presente.