Más de 12.000 personas llenaron ayer el Palau Sant Jordi de Barcelona para reclamar la devolución inmediata de todos los papeles que el Ejército franquista requisó a miles de familias y entidades catalanas y que aún permanecen en el Archivo de Salamanca. La indignación con la actitud del Gobierno español fue la protagonista del acto.

La Comissió de la Dignitat había convocado el acto porque, después de un primer traslado de papeles de la Generalitat republicana a Catalunya en enero de 2006, aún no hay fecha de vuelta para el resto de documentos institucionales ni para los de todas las entidades y familias que fueron expoliadas.

«La paciencia democrática también se puede agotar», advirtió el filósofo Josep Maria Terricabras, quien habló en nombre de los organizadores y que fue largamente ovacionado. El agotamiento, dijo, lo justifican muchos años de promesas de gobiernos del PSOE incumplidas. Y se preguntó indignado: «¿Cómo es posible que casi 70 años después del inicio de la dictadura y 30 años después de la transición en el Estado aún no se nos haya pedido perdón? ¿Tendremos que dudar del espíritu democrático del Estado? ¿De su respeto por los derechos humanos?».

Terricabras recordó que los papeles que se reclaman sirvieron para perseguir, torturar, encarcelar y asesinar a muchos catalanes. Y destacó que la reclamación no es sólo por una cuestión legal. «Es por dignidad que pedimos la devolución de los papeles, es por dignidad que hoy estamos aquí. Una dignidad que nos han querido pisotear, pero que no lo han logrado».

A lo largo de las dos horas que duró el acto se vivieron momentos especialmente emotivos, como cuando subieron al escenario los familiares del presidente Lluís Companys, del líder anarquista Joan Peiró y de Salvador Puig Antich. Todos ellos fueron ejecutados por el franquismo. También fueron emotivas las actuaciones de dos cantautores insignia de la lucha antifranquista: el valenciano Raimon y la mallorquina Maria del Mar Bonet.

Gran parte de la clase política catalana llenó las primeras filas del Palau Sant Jordi. Allí estaban el líder de CiU, Artur Mas; el de ERC, Josep-Lluís Carod-Rovira; y el de ICV, Joan Saura. El PSC envió representantes menos relevantes y nadie del PP acudió.

El ministro español de Cultura, César Antonio Molina, aseguró el 3 de octubre que el retorno de todos los papeles catalanes está condicionado a la creación de un Centro de Documentación de la Memoria Histórica en Salamanca.