La derecha liberal polaca se impone a los Kaczynski, según los sondeos
Los hermanos Kaczynski no lograron vencer en las elecciones anticipadas polacas. El nuevo primer ministro, siempre según los sondeos, será el liberal Donald Tusk, quien podría formar una coalición con el Partido Campesino Polaco. La alta participación supuso la derrota del PiS de los Kaczynski y que sus aliados, los también ultraderechistas Samobroona y la Liga de Familias Polacas, no alcanzaran la barrera del 5% fijada para acceder al Parlamento.
GARA |
El partido de derecha liberal Plataforma Ciudadana (PO) se impuso al gubernamental Ley y Justicia (PiS, ultraderecha) de Jaroslaw Kaczynski en las elecciones generales celebradas ayer en Polonia, según los sondeos a pie de urna difundidos por la televisión pública TVP ayer a las 23.00.
Esa fuente atribuye a la PO el 43,7% del escrutinio, mientras que el partido de Kaczynski habría obtenido un 30,4% en los comicios, que habrían registrado una participación del 53,2%, la mayor desde la caída del sistema socialista.
Las proyecciones de TVP confirman los sondeos demoscópicos de los últimos días de campaña, que preveían la derrota de Kaczynski en favor de un gobierno con el liberal Donald Tusk como primer ministro.
Según las encuestas a pie de urna referidas por la televisión pública polaca, el tercer partido más votado habría sido Izquierda y Democracia, que lidera el ex presidente Aleksandr Kwasniewski (socialdemócrata), con un 13,3% del escrutinio.
Siempre según el sondeo de la televisión pública polaca, también habría obtenido representación parlamentaria el Partido Campesino Polaco (PCP), también opuesto a la política de los Kaczynski, por lo que podrían formar un Gobierno de coalición en Varsovia. El PCP rondaría el 8% de los votos.
Por otro lado, las dos formaciones ultraderechistas en las que los Kaczynski se habían apoyado para formar su coalición de Gobierno, el populista Samobroona (Autodefensa) y la ultracatólica Liga de las Familias Polacas, no habrían superado la barrera del 5% fijada para acceder a la representación parlamentaria. Esta circunstancia, unida a la bajada de sus votos, alejaría definitivamente a Jaroslaw Kazcynski del Gobierno de Polonia.
Sin embargo, su hermano Lech seguiría al frente de la Presidencia de la República, por lo que Polonia comenzaría una fase de «cohabitación» con un primer ministro de una formación diferente a la que pertenece el jefe del Estado.
Tras conocer los sondeos, Tusk se proclamó vencedor de las elecciones, mientras que Jaroslaw Kaczynski aceptó la derrota que había cosechado en las urnas.
Tusk también partió como favorito en los comicios de 2005, pero la baja participación que se produjo entonces benefició a los hermanos Kazcynski, cuya victoria supuso una sorpresa para los analistas.
El futuro nuevo primer ministro polaco es un liberal convencido, que piensa que es necesario limitar la acción del Estado y favorecer la labor de los empresarios. Su modelo es la Irlanda de Bertie Ahern. En política exterior, se prevé un mayor acercamiento a la UE y una reducción de los conflictos con la vecina Rusia.
La participación en las elecciones de ayer alcanzó el 55,3%, la tasa más alta desde la caída del sistema socialista. En Varsovia, Poznan y Gdansk faltaron papeletas de voto, lo que provocó el retraso en el cierre de los colegios.
La publicación de los primeros sondeos sobre los resultados de las elecciones legislativas polacos estuvo prohibida tres horas después de la hora prevista para que cerraran los colegios electorales.
Inicialmente, estaba previsto que los sondeos se hicieran públicos a las 20.00, hora en la que debían cerrarse las oficinas de voto. Pero, el hecho de que debido a que la asistencia de ciudadanos a los colegios electorales fue mayor que en los anteriores comicios hizo que faltasen papeletas en algunos centros, lo que obligó a prolongar el horario.
En un primer momento, Jan Kacprzak, miembro de la Comisión Electoral polaca, señaló que se podrían difundir los sondeos a las 21.00, una hora después de lo inicialmente previsto.
Sin embargo, a esa hora, Kacprzak volvió a comparecer ante los medios de comunicación para señalar que los primeros datos no se harían oficiales hasta las 23.00, tres horas después de lo previsto inicialmente, y que hasta entonces tampoco se podrían hacer públicos los sondeos.
El argumento fue que la alta participación -un escaso 53,2%- obligó a prolongar los horarios de votación en ciudades como Varsovia, Poznan o Gdansk y que no se podían dar datos para no interferir en la voluntad de estos votantes.
