escalada Patagonia
Primavera austral nueva ruta en Cerro Adela
El cuarteto formado por el catalán Santi Padrós y los aragoneses Álvaro Novellón, Óscar Pérez y Dani Ascaso se hace con una nueva línea en la primavera austral: «Asamblea de majaras» (1.000m, ED, M5+, 95º)
Andoni ARABAOLAZA | DONOSTIA
A la temporada clásica por excelencia en Patagonia, a la del verano austral, todavía le queda más de mes y medio, pero hay quienes no quieren esperar a dicha apertura y se decantan no por el más que exigente invierno patagónico, sino por su primavera. Por allí han arribado los aragoneses Álvaro Novellón, Óscar Pérez y Dani Ascaso, así como el catalán Santi Padrós con motivo del 75 aniversario del Club Peña Guara.
El objetivo principal del cuarteto era repetir la integral de la Marsigny-Parkin más la Ferrari al Cerro Torre. Sí, la misma que firmaron por primera vez durante el pasado enero los estadounidenses Colin Haley y Kelly Cordes en una rápida y sobresaliente ascensión. Pero la primavera de Patagonia ha llegado muy cargada de nieve, y las esperanzas por escalar dicho objetivo han sido vanas: «Descartamos la ascensión de la directa al Collado Esperanza por la gran cantidad de nieve que cayó. Esto provocó la caída de muchos aludes desde el serac del collado, y su exposición imposibilitó la ascensión. Lo intentamos, pero no fue posible. El pasado día 7 empezamos con la escalada. Para no perder tiempo escalamos en ensamble la primera parte de hielo y mixto mantenido. En los largos de mixto nos cayó desde el serac superior una avalancha de nieve y hielo. Amanece. Todavía hace mucho frío, y de nuevo nos vemos ante otra avalancha más violenta que la anterior y que barre toda la pared. No pasó nada, pero, en cuanto nos reunimos, tomamos la decisión de bajarnos».
De esta forma, la idea de la integral de la cara sur y oeste del Cerro Torre se dispersaba y se cocía un nuevo proyecto que se encuentra justo al lado de la imponente montaña: el Cerro Adela (2.978 m). Nada más descender del intento al Cerro Torre, todavía con comida para más días y con tiempo estable, se decantan por hincarle el diente a la este del Cerro Adela, contiguo al Cerro Torre. No cuentan con ningún tipo de información sobre la pared y la montaña, pero divisan una evidente línea llena de hielo al principio y con una incógnita al final. La decisión es clara: lo intentarán.
El tiempo sigue estable, y saben que tienen que aprovechar la ocasión. Sin ningún tipo de dilaciones se ponen en marcha a las 2:30 del pasado día 10. No quieren más sorpresas como las que tuvieron que vivir en el Cerro Torre, y apuestan por una escalada simultánea; por lo menos, hasta donde empiezan las verdaderas dificultades técnicas.
Quince horas de escalada
Sin ningún contratiempo, superan una primera parte caracterizada por un canal cubierto de hielo fácil pero con algunos resaltes más empinados que llegaban hasta los 80º. Llega el amanecer, y hasta ese momento toda la ascensión iba sobre ruedas: rápida, sin dificultades serias...
Ya se encuentran muy arriba. Los pronósticos se iban cumpliendo, es decir, lo que divisaban desde la base era como se preveía. Les quedaba la incógnita superior por destapar. Según los escaladores, la cosa cambió. Tras escalar varias secciones de mixto fácil y una más tumbada, llegan a la parte final. Allí, como esperaban, se iban a topar con la zona clave de la ascensión. Se dividieron en dos cordadas. Ascaso y Padrós escalan de forma directa tres largos mantenidos y difíciles de mixto y hielo. La cosa pintaba de M5+ y 95º. Novellón y Pérez, por su parte, se desvían por un ramal a la izquierda. También se las verían con pasos de 95º en hielo y IV+ en roca. Dificultades técnicas serias en un escenario donde la mala calidad de la roca y del hielo predominaban. Por lo tanto, el cuarteto se tuvo que enfrentar a una gran exposición.
Hacia las cinco de la tarde, y tras 15 horas de escalada ininterrumpida, los escaladores llegan a la cima del Cerro Adela Principal. En total, fueron 1.000 nuevos metros para la nueva ruta Asamblea de majaras con dificultades de M5+ y 95º, y con dos partes bien diferenciadas. La primera, bastante cómoda y rápida, y una segunda, dura y expuesta. Esta segunda, como se aprecia en el croquis, escalada por dos tramos diferentes.
Turno a un descenso desconocido. Bajan por un collado entre el Adela Sur y el Cerro Ñato hasta el glaciar, donde les sorprende la noche. Hora para el vivac con el acondicionamiento de un agujero en la nieve. Llega el amanecer, y tras diez horas de descenso llegan a la civilización. En total, seis jornadas continuas de actividad, con un intento al Cerro Torre y posterior apertura de una nueva vía en el Cerro Adela. ¡Y todo ello con buen tiempo!