Iván Cuéllar mejora, pero esperará a la resonancia
A.U.L. | EIBAR
El Eibar regresó ayer a Ipurua con muchas dudas por resolver, teniendo en cuenta los numerosos jugadores que arrastran problemas físicos.
La situación de Iván Cuéllar era, a priori, la más preocupante, pero a la espera de lo que determine la resonancia magnética a la que se someterá mañana, jugador y médicos se muestran más optimistas que dos días atrás. Tras regresar de Tenerife -donde cayó lesionado, entre evidentes muestras de dolor, en la última jugada del partido- con muletas, el portero extremeño caminaba ayer con menos dificultades, aunque, lógicamente, no pudo entrenar. «He notado bastante mejoría -explicaba el propio Cuéllar-, con lo que parece que sólo fue un golpe fuerte y no una lesión grave. De todas formas, el jueves haremos una resonancia para despejar dudas y esperemos que no sea nada, simplemente la secuela de un golpe fuerte».
El jugador, de hecho, aseguraba que no descarta su participación en el encuentro del domingo. «Tratándose de mí, yo jugaría hasta cojo. Pero no tengo que ser tan egoísta, aunque los futbolistas lo seamos por naturaleza. Soy un profesional en lo positivo y en lo negativo y si estoy en condiciones me pondré a disposición del entrenador, pero si no estoy al cien por cien, dejaré la batuta a mi compañero, que para eso está trabajando también», aseguró. Lo cierto es que, pese a que la resonancia descarte lesión alguna, la semana puede quedársele corta al guardameta, que de momento entra en el capítulo de dudas.
Lombraña
El mismo en el que sigue Txiki Lombraña. Tal y como estaba previsto, el vizcaino se reintegró ayer al grupo sin problemas, pero trabajó muy suavemente, así que habrá que ver como responde a sesiones más intensas antes de determinar si está en condiciones de jugar.
Mejor lo llevan Manel y Dani Martino, que estarán a disposición de Javier Mandiola, y más lenta va la recuperación de Biel Medina y Xabi Eizagirre.
Vándalos en Ipurua
El Eibar, por otra parte, volvió a sufrir ayer un acto de vandalismo. En este caso, el robo del portero automático situado en la puerta de acceso a la sala de prensa y al palco presidencial del estadio de Ipurua.