El ciclo de Begoña Errazti al frente de Eusko Alkartasuna puede estar a punto de culminar. El 21 de noviembre de 1999 asumió la difícil tarea de suceder a Carlos Garaikoetxea en la presidencia del partido y lo hizo obteniendo el 64,5% de los votos frente a la otra candidata, Koruko Aizarna. En el congreso del 23 de noviembre de 2002 fue reelegida con el 60% de los votos, frente al 40% de Iñaki Galdós. Los «críticos» no sólo tuvieron un ligero avance porcentual, sino que además se diversificaban. Según ha sabido este diario, a día de hoy, a mes y medio del VII Congreso (Donostia, 15 y 16 de diciembre) sectores que le apoyaron en la cita anterior estarían ya buscando un relevo. Errazti no tendría apoyos suficientes para optar a la reelección, salvo que finalmente no surgiera la figura que pueda relevarla y acabara presentándose como mal menor.

De momento, Begoña Errazti no ha comunicado al partido cuáles son sus intenciones, pero ayer realizó unas declaraciones que resultan elocuentes. La presidenta de EA fue entrevistada en Punto Radio y le preguntaron por las personas que van a dirigir el partido tras el congreso. «Las personas son importantes -respondió-, pero lo realmente importante es la estra- tegia marcada. En la ponencia está hacia dónde va a ir el partido. Hay que reflexionar, pensar cómo hacer que las cosas mejoren. Y ése ha sido mi trabajo hasta ahora. A partir de ahora quién vaya a dirigirlo da igual, será alguien estupendo».

«No es bueno quedarse mucho»

Como disculpándose por no haber respondido directamente a si volverá a presentarse o no, Begoña Errazti añadió «ya lo diré en su momento. No es por no contestar. Las cosas van en su momento. Tocan cuando tocan. No hay que confundir el debate ideológico con las personas. Hay que ser muy serio. Yo tengo un enorme sentido de la responsabilidad. Al menos lo intento. Es el momento en el que se está definiendo por dónde ir, apostar por la paz, por la normalización política, por nuestro ámbito socialdemócrata, profundizar en cómo los movimientos de izquierdas están cambiando en el mundo... Todo esto, que es lo que me toca a mí, al menos en las próximas semanas, es tan serio que no es responsable complicarlo con otros asuntos».

Cuando le pidieron que valorara la decisión de Begoña Lasagabaster de no volver a presentarse en la lista para el Con- greso, Begoña Errazti afirmó que «a las personas que estamos en responsabilidades públicas nos llega el momento de marcharnos, porque no es bueno quedarse mucho tiempo. Yo he sido parlamentaria en Navarra doce años, y al comenzar la última legislatura mi partido sabía que yo no iba a seguir de parlamentaria. Porque el marchar, el reflexionar desde otros ámbitos, es necesario. No se puede estar permanentemente en un cargo público. Creo que es un error personal. Pero también es un error para el partido».

Erosión

Begoña Errazti fue reelegida en el pasado congreso con el 60% de apoyos, frente al 40% que obtuvo la lista alternativa. Lo llamativo fue que la candidatura encabezada por Iñaki Galdós ya no estaba formada únicamente por los «críticos» guipuzcoanos, sino que también se habían sumado sectores vizcainos y como candidato a secretario general, por ejemplo, figuraba Gorka Knörr, que había ocupado ese puesto durante los últimos cuatro años bajo la presidencia de Begoña Errazti. Se constataba que a las diferencias políticas se habían sumado problemas por las formas de dirigir el partido.

Esa erosión ha ido aumentando. Y un importante sector de la Ejecutiva Nacional y de las regionales de Bizkaia y Araban no olvidan la gestión que hizo Begoña Errazti del debate sobre si presentarse a las elecciones municipales en solitario o en coalición con el PNV. Una decisión que a la salida del congreso parecía cerrada y que se complicó de manera extraordinaria.