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La creciente edición de discos vascos en vinilo demuestra el interés por este veterano soporte

En agosto de este año, el compact disk cumplió su veinticinco aniversario, soporte que revolucionó la forma de escuchar música y que colocó al vinilo al borde de la desaparición. No obstante, lejos de extinguirse, el microsurco vive una nueva y pujante juventud.

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Pablo CABEZA

Hace tan sólo un par de años, el vinilo sólo se veía en pequeñas y calurosasas tiendas especializadas. En la actua- lidad, casi todas han incorporado una sección de vinilos con el objetivo de darle la vuelta al negocio o, simplemente, salir, o intentar escapar, de las tinieblas en las que se encuentran sumergidos. No obstante, los pioneros en venta y producción de vinilo han sido tiendas especializadas, discográficas alternativas sensibles con lo que editan y autoproducciones de grupos que ven en el surco y en el tamaño del soporte el mejor medio para expresarse. Beltza Records, Música Autónoma... en Donostia, Bloody Mary en Irun, Power Records, DDT, Bolan, Streetwarriors... todos en Bilbo, son establecimientos que llevan tiempo cuidando la venta de vinilo. Algunos de ellos incluso han compartido venta y producción, como Beltza Records o DDT Banaketak.

En cuanto a sellos y distribuidoras hay que añadir el trabajo de GP Records, La Humanidad es una Plaga, Reek Of Putrefaction, Arto Artian, BloodyHotsak... y, sobre todo, Bang! Records, repartida entre Bilbo, Santurtzi e Iruñea. Discográfica especializada que lleva más de una década operando. Sin olvidar, que referenciar las decenas de autoproducciones en vinilo que se publican en Euskal Herria, o de grupos vascos editados en el Estado o internacionalmente, nos llevaría tres o cuatro reportajes como este.

Los hermanos Larruzea -Gorka, con quien charlamos, e Iñigo- fueron dos jóvenes precoces a la hora de entusiasmarse con la música. De tanta energía debía de surgir algo más que devoción, así que en 1983 crearon el fanzine «La Herencia de los Munster», cuando tenían 15 y 17 años. Un par de años después Iñigo se trasladó a Madrid para estudiar Ingeniería de Telecomunicaciones. En paralelo creó Munster Records, que lleva ya publicadas más de doscientas referencias en elepé y otras tantas en vinilo de siete pulgadas. Mientras tanto, Gorka formó La Secta, entre Santurtzi y Bilbo, con amplia discografía en vinilo. Las experiencias continuaron con la creación en Santurtzi del sello Bang!, en 1998. «Comencé editando sencillos sin ninguna pretensión de lucro, tan sólo sacar lo suficiente para seguir editando. Mi primer single fue de Señor No. Dos grandiosas versiones de Prime Movers, post-Prisoners y Kim Fowley, donde pongo la voz; pero tras editar a Hellacopters, Sin City Six, Flaming Sideburns... el proyecto se desinfló por diferentes causas», precisa Gorka.

Gorka pasea con frecuencia por la playa de La Arena, en Zierbena. Su hijo Markel, de cuatro años, es también un asiduo de la primera línea de espuma de olas. El sol vigila, pero metido el otoño el viento del norte no deja demasiadas opciones, hay que abrigarse un poco, aunque Markel estima que aún es tiempo de chapotear junto a su primo recién llegado de Madrid. Por contra, periodista y músico/empresario tienen otras inquietudes inmediatas.

«Mi aita tenía una buena colección de música coral y soviética, también teníamos algunos sencillos de cuentos y bandas sonoras y un LP de los Payasos. Era mágico poner el vinilo y contemplar hipnotizados como daba vueltas mientras escuchábamos como cantaban en ruso. También teníamos casetes de Mikel Laboa, Bai Euskarari... De txikis vivimos en Pasai Donibane y, después de venir a vivir a Santurtzi, íbamos todos los veranos allí. Teníamos como vecinos a familiares de Laboa, flipábamos en el coche escuchando las composiciones de Mikel; creo que fue una de nuestras mayores influencias para aficionarnos y amar la música... El mejor regalo que tuvimos de nuestros aitas fue cuando nos compraron un equipo hi-fi. ¡Ese día flipamos!».

Tras el agotamiento de la primera etapa de Bang! Records, un buen día visitó a Gorka un iruindarra aficionado al rock de las antípodas, Juan Mari Ituarte. Con él se recobró el espíritu y Bang! continuó girando sobre el plato. «Nuestras primeras referencia de esta nueva etapa fueron el single de Devastations (versioneando a Beasts of Bourbon y Bob Dylan, dos de nuestras grandes pasiones) y la reedición del primer álbum de Bored!, «Negative waves», uno de los discos que cambiaron nuestras vidas. Bang! tiene dos sedes, Santurtzi e Iruñea, cada una con su función específica».

Bang! lleva ya veintiún referencias en vinilo de siete pulgadas, y nada menos que treinta y seis ediciones en elepé, que a su vez también tienen su réplica en cedé. Cifras de vértigo para un sello vocacional y de escasos recursos económicos. «Nos hemos convertido en el mejor sello de música independiente australiana», apunta Gorka con orgullo.

La tirada de cada disco suele ser de quinientos ejemplares numerados para el LP, cifra que ni siquiera venden muchos de los cedés que se editan entre nosotros, y mil para los singles. «Así es, pero hay excepciones como el nuevo álbum de los Beasts of Bourbon, del que editamos mil copias, que se agotaron en un mes. Vamos a reeditarlo con otra portada diferente y vinilo de color. Este álbum ha sido uno de los más caros de nuestra historia al tener que haber pagado una pasta por licenciarlo a su actual sello Albert Records (el mismo de AC/DC) y porque la portada es troquelada».

En la actualidad muchas multinacionales comienzan a editar también sus novedades en vinilo, aunque en tiradas pequeñas. FNAC, por ejemplo, cuenta con una pared dedicada al surco, como Power Records. Los artistas grandes suelen ofrecer su versión LP, como «Magic», de Bruce Springsteen. De hecho, las multinacionales ruegan a sus muertos porque regrese el vinilo y así se piratee menos. «Es posible que se incorpore con ímpetu y sería la decisión adecuada en lugar de estar intentando inventar el formato ideal, y volvernos locos con nuevos lectores, etcétera. Pero creo que las multinacionales están picoteando con ediciones limitadas y estilos musicales concretos para ver cómo responde el mercado. No me imaginaría nunca un vinilo de Bisbal. En realidad no entiendo ese desapego de los jóvenes actuales por la música y su envoltorio. Tal vez sea que yo he crecido con el hecho de que la música es imagen, información, envoltorio... La música on-line es algo inconcreto y futurista, otro invento de salvar el pellejo y luchar contra la piratería sin más fondo».

Munster y Bang! son los sellos peninsulares más importantes en vinilo. Poseen una credibilidad internacional absoluta, inmaculada. Estatus que han logrado gracias a un trabajo denso, esmerado, imaginativo y a 33 ó 45 revoluciones por minuto.

Ficha

Bang! Records:

Apartado 147 de Santurtzi. Cuenta con Club del Single. Inscripción anual.

Teléfono: 94 433 81 96

Tiendas imprescindibles: Powers Records, DDT Banaketak, Bloody Mary, Bolan, Beltza Records...

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