Un centenar de monjes budistas volvieron a manifestarse ayer en Pakkoku, a 500 kilómetros al noroeste Rangún. Es la primera protesta que realizan tras los episodios represivos vividos en setiembre. Los religiosos entonaron salmos budistas durante la esta nueva protesta contra la Junta Militar de Myanmar. En declaraciones a Radio Mizzima, uno de los monjes aseguró que con esta marcha quieren reanudar las manifestaciones.

Los bonzos partieron de la pagoda de Shwegu y desfilaron por Pakkoku durante casi una hora sin que la Policía actuara para dispersarlos.

Por su parte, el enviado especial de la ONU para Myanmar, Ibrahim Gambari, anunció una nueva visita -la segunda- para el sábado. La portavoz de esta organización, Michele Montás, explicó que la visita se prolongará hasta el próximo día 8 y que su objetivo es hacer «un seguimiento a la creación de medidas para fomentar la confianza entre las partes, como el establecimiento de un mecanismo participativo de revisión constitucional y una comisión para aliviar la pobreza». Señaló que Gambari realizará consultas con una «amplia gama de representantes de la sociedad, incluidos los grupos con los que no pudo reunirse en su última visita». Pero antes, Gambari se entrevistará con el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, en Estambul, donde mañana se celebrará una reunión ministerial sobre la situación en Irak.