Los siete jóvenes detenidos el martes en la capital guipuzcoana por parte de la Policía española continúan en las dependencias de la Comisaría General de Información en Madrid en régimen de incomunicación.

Los letrados de la defensa, Iker Sarriegi, Zigor Reizabal y Arantxa Aparizio, solicitaron el mismo día de la detención la aplicación del protocolo diseñado por Baltasar Garzón con el fin de evitar malos tratos.

En concreto, exigieron la grabación de los interrogatorios, la posibilidad de que los jóvenes puedan ser visitados por un médico de confianza y que se avise a los familiares de la situación y el lugar en la que se encuentran retenidos.

No obstante, el magistrado de la Audiencia Nacional que ordenó el operativo, Fernando Grande-Marlaska, no ha aceptado la solicitud y argumenta, además, que «el Estado de Derecho alberga suficientes mecanismos para garantizar los derechos de las personas detenidas».

Protestas

Mikel Arretxe, Jon Sardón, Unai Pérez, Peio Lamarka, Ekaitz de Ibero, Egoi Alberdi y Julen Garmendia fueron arrestados durante la madrugada del martes, en una operación policial que se extendió a la mayoría de barrios donostiarras.

Tras registrar las siete viviendas de los detenidos, la Policía española condujo a Arretxe hasta el establecimiento en el que trabaja, el bar Urkamendi de la calle Ikatz de la Parte Vieja. El registro se dilató durante más de dos horas. Fueron numerosas las personas que se acercaron hasta allí para mostrar su solidaridad al arrestado. Una vez que la Policía desmontara todo el dispositivo, se vivieron momentos de tensión entre vecinos y los agentes.

El martes las protestas se llevaron a cabo barrio a barrio, mientras que ayer se celebró una manifestación central que partió desde el Boulevard y en la que participaron cerca de mil personas. La marcha, que finalizó ante la sede del PSE, fue vigilada por la Ertzaintza.

El grupo municipal de ANV registró ayer en el Consistorio donostiarra una moción en la que se denuncia este operativo.