«Deberíamos celebrar elecciones antes del 9 de enero», afirmó el general Pervez Musharraf en una multitudinaria rueda de prensa ayer en Islamabad. «La Asamblea Nacional será disuelta cuando cumpla su mandato, el 15 de noviembre, y las Asambleas Provinciales lo serán el 20 de noviembre», declaró. «Pediremos a la Comisión Electoral que celebre elecciones lo antes posible» y que «decida la fecha exacta», prosiguió.

Las elecciones estaban previstas inicialmente para enero, pero tras decretar el estado de emergencia y debido a las presiones occidentales, Musharraf anunció que se celebrarían un mes más tarde. Ayer, señaló que las elecciones volvían a ser en enero.

En la rueda de prensa, Musharraf no quiso adelantar una fecha para el levantamiento del estado de excepción que impuso el pasado 3 de noviembre con el argumento de combatir a milicianos próximos a los talibán y al-Qaeda.

«Yo no violé la Constitución ni las leyes en este país», aseveró el general Musharraf. La declaración del estado de excepción «ha sido la decisión más difícil de mi vida, me encontraba entre la espada y la pared», aseguró.

Desde entonces, las fuerzas de seguridad se han amparado en el estado de excepción para atacar a los opositores, a los sectores críticos de la judicatura y a los medios independientes. Miles de personas fueron han sido detenidas.

Preguntado sobre si la ex primera ministra Benazir Bhutto, con quien estuvo negociando un reparto de poder durante meses, pasará ahora a ser su aliada, respondió que «como presidente» su deber es «mantenerse neutral».

Bhutto consideró «un primer paso positivo» el anuncio y dijo que no ha cerrado puertas» a negociar con Musharraf.