La valona Justine Henin minó la fortaleza de la rusa Maria Sharapova (5-7, 7-5 y 6-3) y reeditó el título de «maestra» del tenis femenino que adquirió el pasado año en Madrid, escenario que contempló durante dos ediciones consecutivas el dominio de la raqueta de Lieja, considerada como la número uno del mundo, y que ahora emprende rumbo a Doha como sede futura.

El talento sobrepasó a la potencia en la mejor final posible. En la anhelada por los seguidores y la organización del torneo. En el epílogo del Telefónica Arena como escenario del torneo que cada fin de curso aúna a las ocho jugadoras con más méritos de la temporada.

Henin logró el triunfo tras tres horas y veinticuatro minutos, lo que supuso la final más larga desde que el evento se disputa con este formato. Superó a la de hace dos años, en Los Ángeles, cuando la francesa Amelie Mauresmo batió a su compatriota Mary Pierce en tres horas y seis minutos (5-7, 7-6 y 6-4).

Veinticinco victorias seguidos

La jugadora de Lieja acumula veinticinco partidos seguidos sin perder. La francesa Marion Bartoli fue la última en derrotarle. En el pasado Wimbledon. Es ya la sexta tenista que logra dos títulos de maestra seguidos, al lado de nombres tan ilustres como Chris Evert, Martina Navratilova, Monica Seles, Steffi Graff y Kim Clijsters.

La final disputada ayer en la capital española contempló, sin embargo, la mejor versión de Sharapova. Plantó cara la siberiana al décimo título del año para Henin, tras los conquistados en Dubai, Doha, Varsovia, Eastbourne, Toronto, Stuttgart y Zúrich además de los Grand Slam de Roland Garros y Abierto de Estados Unidos. En la última década, ninguna otra jugadora ha logrado llegar a la decena de torneos en una misma temporada.

Sharapova fue capaz de ganar el primer set. Un mazazo para la campeona, que había llegado a la final sin ceder parcial alguno. Pero la de Lieja no vuelve la espalda ante las adversidades. Rompió en el noveno del segundo parcial y se hizo con el set. Sharapova no es la misma con las fuerzas mermadas y tuvo que claudicar en el definitivo.