La selección brasileña goleó a la de México por 8-2 en la final y se alzó con su undécimo título de campeón del mundo de fútbol playa, en la arena de la playa de Copacabana de Río de Janeiro.

Hasta la fecha se han disputado trece ediciones y tan sólo dos veces el torneo ha ido a parar a una selección que no sea la canarinha: el de 2001, que se llevó Portugal, y el de 2005, que conquistó Francia.

La selección mexicana, que disputaba su primera Copa del Mundo, saltó a la playa carioca con voluntad y consiguió aguantar ocho minutos al empuje de los brasileños -lo que tardó André en marcar el primer gol con un tiro raso-, que realizaron uno de sus mejores partidos en el torneo.

En la final de consolación, Uruguay se alzó con la victoria ante Francia, en los penaltis, y conquistó el tercer puesto. El partido acabó con empate 2-2 y con un dominio abrumador de los uruguayos, que, sin embargo, se vieron obligados a remontar en dos ocasiones.