El técnico galés se equivocó el jueves en su salida nocturna, el viernes al no cumplir con su compromiso y por mentir en lugar de decir exactamente lo mismo que manifestó ayer al reconocer que estuvo donde no debía y pedir perdón. Ayer también se equivocó al no alinear a Castillo ni a Díaz de Zerio en lugar de Stevanovic y al decir que los periodistas y la gente prefieren las noticias negativas. Aunque en algunos casos tiene razón, no debe decirlo porque no beneficia al club como nada de lo que ha hecho esta semana. Por eso va a recibir cantidad de palos estos días, pero es en su momento más difícil cuando más se le debe apoyar porque para el corto plazo de la Real es fundamental que quien toma decisiones tenga la máxima tranquilidad.