La manipulación corre a alta velocidad en la ZEN
Se pretende sustituir el debate sobre la necesidad y viabilidad de la «Y vasca» por un debate sobre ETA. Es decir, convertir el TAV sí/ TAV no, en ETA sí/ ETA no. Un recurso tramposo.
Iñaki IRIONDO
El pasado 9 de febrero el Parlamento de Gasteiz aprobó un texto de apoyo a la "Y vasca" que incluía «una condena a los planes diseñados por ETA para impulsar actos vandálicos y de sabotaje». Preguntados por GARA sobre qué planes eran esos, ni EA, ni PNV, ni EB supieron explicarlo. La iniciativa provenía de un texto inicial del PSE que no hacía referencia a ETA y Rodolfo Ares apuntó que su inclusión se decidió «fruto del diálogo» entre los partidos, lo que señalaba implícitamente a uno de los enmendantes, el PP.
Al preguntarles directamente sobre si tenía constancia de que haya planes de ETA, Ares respondió que «tenemos constancia de que está habiendo sabotajes a las obras, y a través de los medios de comunicación -y no fue desmentido ni lo desmintió nadie el otro día en la tribuna de oradores- supimos que había un documento interno del entorno de ETA para provocar ese tipo de sabotajes». La información a la que se refería fue publicada por «El Correo» el 27 de noviembre señalando que la izquierda abertzale tenía un plan para intentar parar el TAV. En rueda de prensa, Arnaldo Otegi aclaró con ironía que el «plan subversivo» de Batasuna consistía en que se preguntara a la ciudadanía. La noticia no decía que el plan incluyera sabotajes.
Ahora vivimos otra situación similar. Llamativamente en las últimas semanas el Ministerio del Interior ha comenzado a destacar que en sus redadas contra jóvenes independentistas se habían incautado de «panfletos contra el TAV». El pasado 4 de noviembre el mismo diario destacaba con gran tipografía en su primera página que «ETA convierte las obras del TAV en un objetivo estratégico». Todo se basaba en «análisis» de las FSE y en «un manual de sabotaje localizado por el Cuerpo Nacional de Policía» que no lleva ningún anagrama ni marca distintiva de ETA. Sin embargo, a partir de ese momento dirigentes de diversos partidos y la propia portavoz del Gobierno de Lakua comenzaron a condenar «los planes de ETA contra el TAV».
Llegados a este punto, conviene recordar algunos pilares básicos de los manuales de contrainsurgencia y traer a la memoria, por ejemplo, un par de consejos del Plan ZEN (Zona Especial del Norte) que redactó el PSOE en 1983, al llegar Felipe González a la Moncloa. En él se proponían «acciones en los medios de comunicación social mediante la difusión de noticias falsas, empleo de una semántica que no favorezca al grupo terrorista, etc.» y se detallaba que «basta que la información sea creíble para que pueda ser explotada».
Y da la impresión de que en esas estamos. Por un lado, se trata de sustituir el debate sobre la necesidad y viabilidad de la «Y vasca», por un debate sobre ETA. Es decir, convertir el TAV sí/TAV no, en ETA sí/ETA no. Un recurso tramposo que da a entender que las intenciones de las autoridades no pasan por fomentar entre la ciudadanía el análisis sobre la necesidad y utilidad de la mayor infraestructura que va a construirse en Euskal Herria. Por otra parte, este país vuelve a convertirse en la Zona de Excepción del Norte, puesto que lo que en Andalucía o Catalunya sería un ataque a una excavadora, aquí se convertirá en una acción «de apoyo a ETA» o directamente «de ETA», con las consecuencias penales que ello conllevará para quien sea detenido bajo semejante acusación.