La Copa que saca a la luz lo que cada uno lleva dentro
Manex ALTUNA
La Copa comenzó ayer para los equipos de Primera con una eliminatoria que se puede catalogar de peligrosa. En esta fase de la competición es cuando hay mucho que perder y poco que ganar.
Es el caso del Athletic, que debería de imponerse al Hércules. Superar a equipos de categoría inferior se convierte en una obligación, sobre todo con el historial que atesora el club rojiblanco en esta competición. Porque aunque lleve más de 20 años sin llegar a una final, en Bilbo siempre se confía en hacer algo importante.
Y es que los equipos no le suelen dar demasiada importancia a la Copa hasta que llegan las semifinales y la final. Tampoco desde la organización se ayuda demasiado colocando el partido de ida en noviembre y la vuelta a principios de enero. Parece más una obligación que una competición atractiva.
He leído por ahí que no es tan difícil llegar a una final de Copa porque en los últimos años equipos como Betis, Getafe, Espanyol o Mallorca lo han conseguido. Es cierto que a día de hoy si Athletic y Osasuna, que hace tres temporadas alcanzó la final, quieren luchar por un título, es la competición más factible.
Sin embargo, parece que nadie se acuerda de que todos estos conjuntos no llegaron por casualidad a esas finales. Tenían buenos equipos y con grandes jugadores. Además, su buen trabajo en Liga se vio recompensado en la Copa.
No fueron casualidades. La copa, sea de fútbol o de alcohol, saca a la luz las sensaciones que llevas dentro. Si estás contento y te sientes bien puedes alcanzar la euforia y soñar. Pero si te coge en un momento malo te puede dar por la depresión y pensar que los tiempos pasados siempre fueron mejores. ¿En qué situación se encuentran nuestros equipos?