E l turismo tiene una parte de responsabilidad en el calentamiento global, pero también es una víctima del mismo». Éstas son palabras del presidente de la Organización Mundial del Turismo, Francesco Frangialli, quien considera que «es vital» para el sector «adaptarse» a los nuevos tiempos. La OMT aprobó ayer en Londres un documento en el que reconoce el papel que juega el sector turístico en el calentamiento climático y, al mismo tiempo, se vislumbran algunas medidas para reducir el impacto negativo. El texto, que fue preparado durante una conferencia internacional celebrada el pasado mes en la ciudad suiza de Davos, ha sido aprobado tras una «cumbre ministerial» organizada en el marco del salón internacional World Travel Market (WTM), que se viene desarrollando en la capital inglesa desde el lunes y concluirá mañana.

Consciente de que, entre otros muchos efectos, el calentamiento global amenaza con hacer desaparecer varias islas del Pacífico o que, igualmente, podría privar de nieve a muchas estaciones de turismo invernal, la OMT ha lanzado un llamamiento a la movilización de los agentes del sector. «Todos tenemos que hacer más, y más rápido, y cuanto antes nos pongamos a ello, menos nos costará», comentó, por su parte, la secretaria de Estado británica de Turismo, Margaret Hodge.

En esta «declaración de Davos», los distintos agentes del sector turístico mundial «apoyan por primera vez el Protocolo de Kyoto, por lo que apelan a los gobiernos a poner en marcha las reducciones de emisiones (de gases de efecto invernadero) previstos por el tratado», según se indicó en el comunicado de la OMT, que es una agencia auspiciada por Naciones Unidas. «En cuanto que contribuyente no desdeñable al cambio climático, el turismo tiene la responsabilidad de invertir la trayectoria creciente de sus emisiones de gases de efecto invernadero en el transcurso de los próximos 30 años, con el objetivo de que sus emisiones alcancen proporciones más sostenibles, compatibles con la acción de la comunidad internacional», añade.

El texto también recoge «recomendaciones concretas para los principales grupos de interés que intervienen en el turismo», tales como la utilización creciente de energías renovables o la adopción de sistemas de créditos de emisión de CO2.

La declaración, suscrita asimismo por el Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente y la Organización Meteorológica Internacional, será presentada durante la conferencia de Naciones Unidas sobre el cambio climático que tendrá lugar en Bali (Indonesia) en diciembre.

De Valencia a Bali

Precisamente, durante estos días se encuentra reunido en Valencia el Panel Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático de Naciones Unidas (IPCC, por sus siglas en inglés), que debe ratificar su informe de referencia para los próximos cinco años. Las discusiones sobre el contenido final de este documento están siendo «difíciles», ya que algunos integrantes de este grupo -recientemente galardonado con el premio Nobel de la Paz- consideran que puede resultar «insípido», por estar ya sobrepasado por la realidad. Los participantes en este cónclave están debatiendo vivamente sobre la conveniencia de integrar o no los resultados de los estudios aparecidos sobre el clima tras la fecha oficial de clausura de los trabajos, hace ahora cerca de un año.

Desde el lunes, los casi 400 delegados congregados en la ciudad mediterránea negocian a puerta cerrada la síntesis «política», de 25 páginas y que se hará pública el próximo sábado, de su quinto informe, que contiene más de 2.500 páginas y del que ya se han publicado tres volúmenes desde principios de este año. Este «resumen de intenciones» constituirá el documento de referencia que durante el próximo quinquenio debería guiar las decisiones políticas en materia de lucha contra el cambio climático, si finalmente se decide así en Bali.

«Preocupaciones nacionales»

Otro de los escollos que tiene que salvar en este estadio de los debates el Panel Intergubernamental de Expertos es el de las «preocupaciones nacionales», como explica uno de los delegados a Marlowe Hood, periodista de France-Presse. Como ejemplo de ello, Perú y Suiza luchan para que haya una referencia específica a los impactos de la fusión de los glaciares mientras que, por contra, Estados Unidos, con gran parte de su territorio expuesto a los ciclones, cuestiona la mención a un previsible aumento -en frecuencia y en intensidad- de las tormentas tropicales de aquí a finales de siglo, arguyendo que los datos de las observaciones pueden ser interpretados de distintas maneras.

No obstante, muchos de los participantes, especialmente India y Gran Bretaña, inciden en que, si el resumen final queda demasiado edulcorado en relación a los elementos contenidos en el informe, no podrá ser utilizado como un instrumento fiable por los dirigentes políticos. Por ello mismo, critican, entre otros aspectos, que el proyecto de resumen que se les ha entregado como base de trabajo no haya tenido en cuenta las pruebas científicas más recientes de la aceleración del calentamiento: la reducción del casquete glaciar ártico, la fusión de los glaciares en Groenlandia, la menor capacidad del planeta para absorber los todavía crecientes niveles de emisiones de dióxido de carbono -el principal gas de efecto invernadero-...

Y es que el resumen, que se está negociando palabra por palabra, «será la única fuente de la que beberán todas las partes que buscan una información científica objetiva sobre el cambio climático», como recordó ayer a los delegados el representante de la Organización Meteorológica Internacional.