Confinada en una vivienda de Lahore, la ex primera ministra de Pakistán Benazir Bhutto pidió ayer la dimisión del presidente, Pervez Musharraf, e invitó a todas las fuerzas opositoras a crear «una gran coalición de intereses» para hacerle frente.

Bhutto se encuentra en arresto domiciliario, mientras su formación, el Partido Popular de Pakistán (PPP), había convocado para ayer una marcha desde Lahore a Islamabad. Una caravana de 200 vehículos inició la marcha pese al gran despliegue policial.

Ghulam Abbas, secretario general del PPP en el Punjab, denunció la detención de «miles de activistas» de su formación por parte del Gobierno.

Bhutto descartó mantener conversaciones con Musharraf, en referencia al acuerdo de poder compartido que alcanzaron hace meses, y mantuvo que EEUU «ha hecho bien en presionar al general para que restaure la Constitución».

La líder del PPP extendió su invitación para «un consenso nacional» a todos los partidos de la oposición, incluida la alianza islamista Muttahida Majlis-e-Amal (MMA), pese a reconocer que con esta formación ha mantenido diferencias en el pasado.

Bhutto quiere incluir en la oferta al también ex primer ministro Nawaz Sharif, exiliado en Arabia Saudí, su antiguo rival en el liderazgo paquistaní en la pasada década, cuando se turnaron en el poder.

Por su parte, el general Talat Masood, destacó que el Ejército paquistaní mantiene su apoyo a Musharraf, pese a que ve con inquietud la ola de protestas que se extiende por el país asiático. «El Ejército es muy disciplinado y, hasta el momento, no hemos observado ninguna fisura, pero la inquietud está creciendo», señaló el general Masood.