Sectores críticos se decantan por la destitución del Consejo el día 30 y por una alternativa de Santos sin estar supeditada a Badiola
La opción china pierde fuerza con el paso de los días
A las condiciones que pone para entrar en el club y la demostración de que en una ampliación quiere invertir lo mínimo, se añaden las dudas generadas
Joseba ITURRIA | DONOSTIA
La opción china para sustituir al Consejo de la Real tras la Junta del día 30 pierde fuerza con el peso de los días según se conocen su modelo de gestión y sus condiciones para alcanzar el 35% del capital social.
Su líder Iñaki Badiola ha trasmitido que no entrará sin una auditoría externa y el Consejo no lo va a permitir como ha sido norma en una sociedad donde sólo se han hecho auditorías desde dentro. Todo lo que rodea al empresario está repleto de incógnitas porque parece que hasta el martes 27, tres días antes de la Junta, no van a presentar su proyecto y además él -que se ha negado en sus entrevistas a ser fotografiado o filmado- no tendría la intención de aparecer en esa comparecencia pública.
Pero más que la ausencia de una auditoria, las dudas que genera esta opción es su mayor obstáculo porque la receptividad es menor que la esperada con su golpe de efecto. Badiola ha señalado que contaba con un presidente de entidad, al margen de la figura del consejero delegado que querría impulsar, y no parece que Luis Arkonada y Miguel Santos, las dos primeras opciones que se han barajado, vayan a aceptar. Si el legendario portero ya se echó atrás con Denon Erreala con todo a su favor y el club en Primera es impensable que se vaya a implicar ahora en un proyecto que ofrece muchas dudas hasta para los que lo han impulsado públicamente.
La forma de ser de Miguel Santos, que siempre se ha considerado presidencialista, no encaja en las ideas del grupo chino. Es inimaginable que Santos, con su experiencia en el fútbol, lidere un proyecto en el que la empresa china compra futbolistas y luego los cede a la Real o los vende a otros equipos.
El paso de los días demuestra además que la cantidad de millones de euros que algunos esperaban desde China no lo es tal. Badiola pone tres condiciones para entrar en el club. Una es la realización de la auditoría, otra la salida de todos los miembros del Consejo con los que antes sí quería compartir dirección y la tercera una ampliación de capital muy especial.
Una ampliación para pagar poco
Según comunicó APARS, para llegar al 35% sólo está dispuesto a comprar un 30% en una ampliación exclusiva para su grupo con un precio de la acción de 51,08, lo mismo que se pagó hace quince años, que con la subida del IPC es equiparable a los 102,16 pagados el pasado año.
Su objetivo es poner el menor dinero posible en esa ampliación como es normal en una empresa que se dedica a comprar sociedades al menor coste para intentar venderlas después. Para ello, quiere que los accionistas actuales renuncien a su opción preferente en cualquier ampliación y que sólo ellos puedan comprar para que así el 35% les salga más barato.
La Real ahora tiene 131.551 acciones, de las que 500 pertenecen a una sociedad dirigida por Badiola. Los títulos necesarios para ese 30% son 56.379, que valdrían 2,88 millones de euros. El restante 5% lo compraría Badiola a accionistas actuales en el precio que convenga con ellos, con lo que esto no supondría ningún ingreso para el club.
Estas condiciones van en contra de la esencia de una ampliación que busque inyectar el máximo dinero a una empresa en crisis. El grupo chino no quiere que se compren más acciones porque encarece su 35% y complica la obtención de beneficios.
La inyección económica es baja por ello para lo que representa ceder el dominio del club para siempre. Porque Badiola ha manifestado que no quiere dominar el club y que por eso no compra más del 35%, pero todos los demás deberían ponerse de acuerdo para superar esas 65.776 acciones. El récord de participación en una Junta el 30 de junio fue de 68.308. Son muchos los que no participan nunca y serían muchos más tras ver que su voto no vale para nada salvo en caso de una decisión de grandísima envergadura o una gestión muy antipopular.
El Consejo tiene previsto comparecer esta misma semana para mostrar su posición, que pasa por defender el modelo actual y por dar continuidad al proyecto iniciado este año. Trabaja con normalidad y busca las fuentes para cubrir su presupuesto.
Coleman une su futuro al Consejo al manifestar ayer en sus postales del Daily Mail que «hay negatividad en torno al club y rumores acerca de una absorción del club por parte de un misterioso consorcio chino. Si la presidenta y los directivos se van, yo también me iré. Ellos me trajeron y para mí sería una obligación hacerlo. No sería capaz de seguir. No es mi estilo».
Santos, a la sombra
A la sombra, Santos participa en un buen número de reuniones y se perfila como alternativa al Consejo si es destituido, pero prefiere no aparecer en escena a la espera de acontecimientos como lo ha estado todo el año.
La duda estriba en conocer los apoyos que tendrá el Consejo. El Ayuntamiento ha trasmitido que se abstendrá, aunque Elorza deja claro que aprueba cualquier cambio. La duda mayor es lo que harán los tres principales grupos de accionistas. Es previsible que el entorno familiar de Fuentes sea fiel al Consejo y no está claro que Kutxa vaya a posicionarse, una sorpresa porque siempre ha apoyado las propuestas de los Consejos en Juntas ordinarias y máxime cuando el actual ha hecho todo lo que le ha pedido. Aunque a Astore se le ha situado en la órbita de Badiola, difícilmente apoyará a un grupo que fabricaría camisetas en China a menor precio, aunque se le sitúe en el entorno crítico al Consejo. Lo normal es que se abstenga. Parece que accionistas importantes no votarán y la llave de lo que suceda el día 30 la tendrán los pequeños.
APARS ha señalado que tiene un 6,2% de acciones delegadas y que van a votar en contra de todas las propuestas del Consejo y a favor de su remoción, pero no tienen claro que deban apoyar a la alternativa china. «Nos deben explicar las cosas muy claras y sabemos que hay más gente interesada en llevar adelante la Real. Defendemos a los pequeños accionistas y en el momento que se presenten todos los proyectos nos posicionaremos. No vamos a ir con el primer encantador de serpientes. El proyecto es muy ilusionante, pero lo deben explicar bien para que los accionistas lo puedan entender y votar porque la Real no se puede vender por cuatro duros por muy mal que estemos», explica uno de los portavoces de APARS, Pello Godoy.
El único grupo que por ahora aparece en público cree que «lo más limpio es convocar elecciones. Que el día 30 una Junta Gestora sea elegida, el ambiente se calme y hacer las cosas con tranquilidad. Podemos perder un año en Segunda, pero no la esencia del club para siempre».