AGaldos le preocupa una fractura social que entiende agravada desde que el poder se decide en elecciones.

¿Qué valoración realiza la Diputación de la situación de la Real?

Por encima de situaciones deportivas y económico financieras, que son malas, la Diputación está muy preocupada por la gran fractura social que existe desde hace años. Hay quien dice que cuando el balón entra y la situación económica mejora, las fracturas sociales desaparecen, pero no es el caso porque en la Real ha llovido tanto que estamos ante una situación insostenible.

¿Cuales son las causas por las que se llega a este escenario?

La situación deportiva no ha ayudado, pero con independencia de las gestiones económicas durante los últimos años y que no han dado sus frutos, sin entrar a valorar si han sido buenas o no, existe un problema estructural muy gordo: La incapacidad de generar más recursos económicos, lo que nos lleva a una profunda crisis. Si repasamos las últimas décadas, lo que ha sustentado a la Real ha sido la venta de jugadores y los derechos televisivos y, cuando han fallado ambas cuestiones, el problema se percibe en toda su crudeza.

¿El mayor problema es no admitir que debe competir con los recursos que puede generar y que las expectativas deben ser más bajas en lugar de culpar y cambiar constantemente por no cumplir esos deseos, lo que agrava la situación económica e impide tener una mínima estabilidad sobre la que desarrollar cualquier proyecto deportivo?

Coincido plenamente. Es cierto que tal vez se han generado expectativas que no se corresponden con la realidad y a ello han contribuido procesos electorales convulsos en los que el baúl de las promesas y de las expectativas es mucho mayor que en una situación en la que no existe competencia electoral tan potente. Sí considero que ha sido un factor determinante, pero también es cierto que estructuralmete la Real y Gipuzkoa da de sí lo que da y en la medida que las dos principales bolsas de ingresos fallan, la situación es ésta.

¿Qué papel juegan la Diputación y los partidos políticos en general y EA y su departamento en particular en este proceso?

La Diputación ha manifestado de manera clara que ni quiere ni debe entrar en ninguna dialéctica sobre si un Consejo lo hace bien o mal o quién debe gestionarlo. Ni ha entrado ni entrará. Otra cosa es que como institución y responsable del deporte en Gipuzkoa estemos preocupados por la situación y que trate de ayudar a que la fractura social se supere y a que la Real vuelva a ser el gran club que siempre ha sido.

Como presidente de EA en Gipuzkoa, puedo decir rotundamente que nuestro partido no ha entrado nunca como tal en ninguna batalla electoral en la Real ni entrará. De hecho, en mi entorno hay muchos afiliados y sus opciones han sido de lo más diversas.

¿Qué le gustaría que pasara el 30 de noviembre en Anoeta?

La lealtad institucional obliga a reivindicar que el Consejo es el legitimado para dirigir el club y lo primero es escuchar sus propuestas. Luego los accionistas verán si les convencen o no, pero no podemos permitir que la Junta se convierta en un akelarre colectivo. Que haya una fuerte contestación y propuestas alternativas que deben ser miradas con respeto como las del Consejo no es excusa para que la Junta no se desarrolle con respeto, responsabilidad y sosiego. A partir de ahí, los accionistas decidirán.

Las instituciones públicas han defendido siempre la atomización del capital social y las propuestas de Consejos en Juntas ordinarias. ¿Por qué ahora no?

La Diputación no tiene ninguna acción de la Real. A diferencia de Kutxa o Ayuntamiento de Donostia, nosotros no jugamos ningún papel, ni en el pasado, ni el presente, ni el futuro. La atomización ha sido una de las señas de identidad, pero a raíz de la propuesta del grupo chino ha surgido un debate hasta ahora inabordable. Es bueno que se hagan debates desde el sosiego y la responsabilidad. Pero cuando hablamos de atomización debemos ser consecuentes con lo que decimos. Tampoco parece lógico que nos hagamos trampas en el solitario. Abogar por la atomización, pero luego poner en marcha un mecanismo de compra de acciones que suponen bastantes más del 2%.

¿Entiende que el Consejo debe dimitir antes de la Junta?

No soy nadie para hablar de eso, sólo defenderé la legitimidad del que dirija este club.

¿Entiende que se puede cambiar de Consejo y de modelo sin un proceso electoral?

La composición del accionariado permite que las decisiones sean con respaldo de amplia base social, pero reclamo que se decida desde el convencimiento. No es bueno tomar decisiones que pueden ser históricas desde la desesperación de una crisis financiera y deportiva. Coincido con el trasfondo de la pregunta y defiendo que la gestión de los tiempos es importante y no creo que la historia de la Real empiece o termine el día 30. No creo que sea imprescindible tomar decisiones históricas con tanta prisa.

¿Qué le lleva a considerar el proyecto de Badiola como serio y a decir que le ofrece garantías como persona y empresario?

Tal vez es excesivamente aventurado porque no conozco detalles concretos para hacer una valoración más profunda. Cuando hablo de proyecto serio es porque desde el punto de vista formal y filosófico lo es.

¿Ve a Miguel Santos presidente de la Real tras el día 30?

Lo veo muy centrado en el Gipuzkoa Basket, pero sigue la actualidad de la Real. Como diputado no voy a hacer estas valoraciones, pero desde que perdió las elecciones tuvo un comportamiento ejemplar e incluso leal con el Consejo.