En Donostia, Chris Coleman ha reconocido haber tenido «una dura lucha con el txakoli» durante la pasada semana. No está mal reconocer los errores para empezar a enmendarlos. Aquí, al otro lado de la autopista, los problemas del entrenador no conciernen ni a salidas nocturnas, ni a supuestas lavadoras con escapes, sino a la falta de ambición y de definición sobre lo que busca con su equipo. Y es que el Athletic no puede estar siempre pendiente de su rival a la hora de jugar, mucho menos en San Mamés. Está claro que para construir una casa, los cimientos han de ser sólidos, pero no por ello ha de quedarse sin tejado y acabado. Hoy por hoy, pasado ya un tercio de Liga y la ida copera, la rácana propuesta de Caparrós salva el expediente en forma de puntos. Pero, pese a su contrato, para «pasar de curso», uno considera que habrá que exigirle mucho más.