Oscurecía ya cuando las cerca de 600 personas que ayer se manifestaron en Ziburu para denunciar los registros de las tres «herriko» tabernas de Lapurdi se apiñaban frente al cordón policial que, con vallado metálico incluido, impedía el paso hacia la casa de la ministra francesa del Interior.

El intenso frío no fue óbice para que los manifestantes repitieran los lemas que, en contra de la represión y en favor de la independencia y de la amnistía, habían coreado incesantemente durante el recorrido que los llevó desde la plaza de la localidad labortana hasta las cercanías del domicilio de Michèle Alliot-Marie, pasando antes por Donibane Lohizune.

Antes de comenzar la marcha dos portavoces de Askatasuna tomaron la palabra frente a la «herriko» ziburutarra. Para Anaiz Funosas y Txomin Etxebers la operación del pasado miércoles no ha hecho sino «corroborar la amenaza que pende sobre las libertades democráticas». Se reafirmaron en que los registros de Tana, Xilko y Kanttu son la continuación de lo que Le Vert y Houyvet comenzaron en el Kalaka de Donibane Garazi.

Los dos portavoces apuntaron que este proceder del Estado francés no es tan novedoso y recordaron anteriores operaciones y encarcelamientos ocurridos hace unos años, como el de Jean-François Lefort o Gerónimo Prieto, «cuyo objetivo era también criminalizar la militancia abertzale, en aquellas ocasiones, Askatasuna y Gazteriak».

Para Askatasuna es evidente que la operación dirigida por Le Vert -«esta vez, además, de motus propio, sin la colaboración de Garzón como en otras ocasiones»- pretende «aniquilar los sectores de la izquierda abertzale utilizando para ello montajes policiales carentes de la más mínima credibilidad y encarcelando e intentando amedentrar a quienes cotidianamente trabajan en favor de los derechos de Euskal Herria».

Aun a sabiendas de los «riesgos que pesan sobre los militantes abertzales», los dos portavoces aseguraron que «éstos no se dejarán llevar por el fatalismo y seguirán luchando contra la política represiva y de negación de los derechos de Euskal Herria con la que responde el Estado francés a las propuestas de solución democrática».

A toda la sociedad

Apelaron a la sociedad vasca en general, «incluso a aquellos que no comparten nuestras ideas, a reflexionar sobre lo que está ocurriendo y a defender las libertades democráticas» y les instaron a interpelar al presidente Sarkozy y a sus «portavoces locales» sobre su «política irresponsable que no hace más que agravar el conflicto».