Patxi López, que presentó a su partido como «la alternativa que tanta falta hace a este país», arremetió contra el tripartito, especialmente contra Ezker Batua, formación de la que dijo que sus votantes no comprenden qué hace su líder, Javier Madrazo, «haciendo el juego a la estrategia nacionalista de acumulación de fuerzas radicales de Ibarretxe». Al político de Rekalde le acusó de «ser la excusa de Ibarretxe para decir que él ya practica la transversalidad y el acuerdo entre diferentes».

El secretario general del PSE indicó que la única diferencia entre Ibarretxe y Madrazo reside «en un proyecto estratégico, en un proyecto de país, en algo que beneficia al conjunto de la ciudadanía vasca», como es, a su juicio, la «Y vasca». Además, manifestó que «hay muchas personas responsables que, desde el nacionalismo vasco democrático, entienden que el país es plural y diverso, y están atónitas ante el viraje radical que Ibarretxe, Egibar y compañía han dado al partido que Josu Jon pretendía modernizar«.

Según dijo, el lehendakari está «en una estrategia electoral; sólo piensa en cómo pescar votos en el mundo del abertzalismo radical y, por eso, se radicaliza y no ofrece soluciones, ni un proyecto para unir al país y cohesionar a la sociedad», sino que ofrece «problemas y división, porque sólo le importa su propio futuro particular, y no el futuro de Euskadi».

López pidió también a los miembros de su partido que sigan «unidos» para manifestar su «fortaleza, para tener un sólo mensaje, un sólo discurso, un sólo proyecto, pero muchas voces que lo amplifiquen y lo multipliquen para ganarnos la confianza de la sociedad vasca».

En ese sentido, reconoció que «otros también tienen muchas voces, pero cada una diciendo una cosa distinta: Ibarretxe o Josu Jon Imaz, Balza o Egibar, Aznar o Rajoy, Gallardón o Esperanza Aguirre. Muchas voces pero diciendo cosas distintas, lo que sólo demuestra la debili-dad y la división de esos partidos, que son incapaces de ofrecer un referente único y serio a los ciudadanos de este país porque, en el fondo, no tienen proyecto que ofrecer a la sociedad vasca o a la española».

El líder del PSE reclamó, además, a sus conmilitones «imaginación para hacer propuestas que ilusionen y movilicen a la ciudadanía» y rechazó el «aburrimiento, el hastío y el cansancio que transmiten los que llevan gobernando toda la vida en Euskadi». En ese sentido, se preguntó «qué ofrece el Gobierno Ibarretxe» y consideró que «sólo conflictos, problemas, división y enfrentamiento».

Tras asegurar que «hay vida más allá de Ibarretxe y de lo que algunos llaman el conflicto, que no es más que el conflicto que ellos mismos crean para luego ofrecerse como los únicos capaces de solucionarlo», afirmó que el PSE tiene «mucho que ofrecer, a quienes entienden que el país es plural y que lo tenemos que construir entre todos, desde el acuerdo y no desde el enfrentamiento».

Patxi López apuntó entre las necesidades de la ciudadanía de Araba, Bizkaia y Gipuzkoa «acuerdos contra el terrorismo y en defensa de la paz y la libertad y para abordar desde el máximo consenso posible el futuro del autogobierno», y manifestó que, por eso, «no nos sirve ya un lehendakari que ha renunciado al entendimiento y a buscar el acuerdo entre los vascos y sólo busca la confrontación y el enfrentamiento».

«No nos sirve ya este lehendakari en Euskadi y es tiempo ya del cambio tranquilo que representamos los socialistas vascos», aseguró, para añadir que a Juan José Ibarretxe «le gustaría que todo fuera enfrentamiento para jugar el papel de víctima». Sin embargo, López agregó que su formación política ha demostrado que «sí sabemos entendernos con otras fuerzas políticas, para hacer país y poner las instituciones al servicio que necesitan los ciudadanos, y ésa es la apuesta política de los socialistas vascos en este país».