Editorial 2007/11/19
Realidad de la resistencia civil
LAJORNADA
La masiva concentración realizada ayer por el movimiento de resistencia civil en el Zócalo capitalino -sin llegar a las dimensiones que alcanzaron las concentraciones electorales y poselectorales en torno a la candidatura presidencial de Andrés Manuel López Obrador- mostró que la oposición cívica de izquierda al presente régimen se mantiene viva, vigente y articulada. Ciertamente, en el frente interno, esa resistencia se ha visto obstaculizada por los disensos en el Frente Amplio Progresista (FAP), las luchas por el poder en el Partido de la Revolución Democrática (PRD) y las graves dificultades organizativas por las que atraviesa la Convención Nacional Democrática (CND); a ello debe sumarse el empeño del grupo político-empresarial gobernante por hacer invisible al lopezobradorismo y a todas sus expresiones. Para ello se ha tendido un cerco mediático implacable alrededor del movimiento y se ha recurrido a la descalificación y a la ridiculización sistemática de su principal dirigente y de sus colaboradores.
El afán de presentar a la resistencia civil como un pequeño grupo de alborotadores y chiflados es continuación de las campañas de lodo lanzadas el año pasado desde la Presidencia de la República y desde las cúpulas empresariales contra el entonces aspirante presidencial de la coalición Por el Bien de Todos, y hoy en día transcurre en paralelo a la determinación de imponer, desde el poder público y desde el poderío económico privado, una visión idílica -y falsa¯ del acontecer nacional: conflictos electorales superados, normalidad democrática restablecida, vigencia del estado de derecho, armonía y paz social, desarrollo económico reactivado, caída del desempleo, inexistencia de la inflación y respeto pleno a los derechos humanos.
Es precisamente de las realidades que desmienten el discurso oficial, de lo que se nutre una oposición social que supera a partidos, sindicatos y a otras formas de organización tradicional y que, año y medio después de haber sufrido una derrota electoral sembrada de dudas y de sospechas, sigue llenando plazas y convocando a centenares de miles de ciudadanos (...).