«Nuestro proyecto es renovador, un punto de inflexión en la andadura de EHNE»
El baserritarra donostiarra participa en la comisión creada al efecto en la organización del congreso que el sindicato agroganadero EHNE celebrará el próximo 20 de enero. Un encuentro que debe servir para cerrar una etapa, renovar profundamente la organización y encarar con nuevas herramientas de trabajo el complicado futuro que se asoma para los baserritarras de Gipuzkoa más allá del congreso.
J.M. URIBARRI |
Eneko Dorronsoro, en plena fase precongresual, insiste en la participación de los miembros de EHNE en los debates, única forma de completar el puzzle del sindicato en su pretensión de aunar fuerzas y dar respuesta a las «diferentes sensibilidades». El baserritarra donostiarra afirma que la próxima cita debe servir para cerrar heridas y, también, ser un punto de inflexión en la andadura de EHNE. La palabra clave es renovación.
¿Cómo ha llegado el sindicato al momento actual?
Por diversas razones hemos llegado a la actual situación. En los últimos años se han hecho diferentes planteamientos para estructurar el sector, pero a la hora de plasmarlos también ha habido malentendidos que han provocado cierto malestar en el sindicato. Estos análisis están ahí y habrá que tenerlos en cuenta a la hora de mirar hacia adelante para no caer en los mismos problemas. La andadura de EHNE en Gipuzkoa a lo largo de 30 años, con sus luces y sombras, termina aquí y en adelante queremos realizar un planteamiento renovador, un punto de inflexión en la trayectoria de EHNE, en lo que respeta a la estructuración interna y a la hora de fortalecer el sindicato.
¿Cómo es este proceso?
El proceso interno es, más que nada, un trabajo de cocina. Nos encontramos en un momento delicado y para salir del mismo vemos la necesidad de realizar cambios y reunir en torno al sindicato todas las fuerzas. El planteamiento realizado por la comisión ha hallado la total disposición por parte de todas las zonas del herrialde para ir adelante y ha habido unanimidad para realizar un congreso el próximo 20 de enero. En medio haremos una ronda de contactos en todas las zonas y también entre los diferentes sectores -carne, ovino...- para discutir y perfilar la estrategia para los próximos cuatro años. Al mismo tiempo, queremos definir los pasos y marcar una dirección clara. Los baserritarras cada vez somos menos, una pequeña minoría en esta sociedad, no llegamos al 1%, y no podemos permitirnos el lujo de que nuestras fuerzas se diluyan porque no conseguiremos nada.
¿Qué objetivos se plantean en el próximo congreso?
Queremos preparar, dentro de la misma ponencia, un texto para superar los posibles malentendidos que ha habido en los últimos años e intentar pasar página. También plantearemos dos ponencias. Pensamos que la gente espera un planteamiento renovador y eso es lo que vamos a discutir ahora. En la segunda semana de diciembre se reunirán todos los representantes del herrialde y sabremos el grado de aceptación de la propuesta, o si es necesario incluir otros elementos o no.
¿Cuáles son las prioridades?
En estos momentos, mirando al sindicato, lo más importante es estructurarlo para ganar fuerza. Tenemos numerosas lagunas, desde la metodología a la participación. Desde la comisión queremos hacer un esfuerzo especial para que en este proceso de tres meses la participación de los miembros del sindicato sea la mayor posible. Es necesario fortalecer la comunicación interna, más que nada para que la participación en los debates sea lo más amplia posible para evitar así malentendidos de cara al futuro. Esta sería en la actualidad nuestra mayor apuesta. También queremos hacer un sindicato más eficaz. En adelante, existen una serie de luchas estratégicas que hemos defendido durante años, que para nosotros son ineludibles para llevar delante la política agraria que defendemos. Ahí deberemos acordar con claridad cuáles son nuestras prioridades. De modo general se plantea una agricultura de calidad, respetuosa y en equilibrio con el medio ambiente... Y con sus propias particularidades en cada sector.
¿Qué proponen para aumentar la eficacia de la central?
Planteamos dos ponencias, una sobre agricultura y otra de organización interna. Las dos están unidas. Pretendemos definir qué tipo de agricultura queremos y, para lograrlo, qué tipo de organización interna necesitamos. Conocemos la estructura y su funcionamiento en los últimos años, con sus cosas buenas y sus lagunas. Por tanto hay que llenar esos vacíos con la participación de la gente y la militancia. Y al mismo tiempo, en los aspectos renovadores proponemos una metodología nueva para encarar las reuniones. Discutimos mucho pero fallamos a la hora de tomar decisiones y marcar estrategias nuevas. A ver si con gente nueva y formas nuevas le damos la vuelta.
¿Cómo contempla el camino andado hasta ahora? ¿Qué han aprendido?
Hemos aprendido que la agricultura es plural y que gente muy diferente integra EHNE de Gipuzkoa. Dentro del sindicato hay diferentes sensibilidades y debemos tener en cuenta a todas. Al mismo tiempo vemos que nunca hemos marcado con claridad el norte del sindicato. Nos hemos esforzado en tomar una dirección concreta, pero en ocasiones cerrando los ojos a la realidad y mirando sólo al futuro. Al final, te das cuenta que muchos baserritarras están lejos del modelo que planteas. Esta es una carencia clara. Hemos intentado durante años impulsar un modelo pero te das cuenta que es difícil plasmarlo. Es necesario darle a la gente las herramientas para que pueda sacar el pan cada día. Hay gentes diferentes y con problemas diferentes, y a EHNE se le hace difícil marcar una estrategia con claridad. Hemos peleado mucho y alcanzado grandes logros, aunque no hemos conseguido llegar al sitio que queríamos.
¿Cómo analiza la actual situación del baserritarra?
No es buena. Día a día se cierran caseríos y comprobamos que problemas puntuales pueden llevar al cierre de una explotación. La falta de rentabilidad, los elevados precios de los piensos -nuestros precios de venta no suben-, son algunos factores. Partimos de esa realidad y nuestra intención es cambiarla. El momento no es bueno pero tratamos de aclararlo con un plan renovador.
¿Qué opina del proyecto de la Comisión Europea de reducir las ayudas a la agricultura?
Desconozco los detalles del proyecto, pero es algo que ya estamos viendo en los últimos años. Vamos hacia un mercado libre y nosotros, por la orografía del país, no estamos en condiciones de competir en un mercado así. Nosotros planteamos una agricultura propia que ofrezca alimentos de calidad en mercados cercanos a la sociedad, ese es nuestro objetivo, además de mantener un equilibrio con el medio ambiente. El modelo se completa con la rentabilidad que debe tener el baserritarra para llevar una vida digna. Es el único camino que vemos a la agricultura en un modelo de mercado libre. Cuando escuchamos esos planteamientos vemos reforzados nuestras ideas.
¿Cómo han encajado la «lengua azul»?
Es una enfermedad extendida en diferentes puntos de Europa, aunque aquí no se conocía. Nos ha pillado a todos dormidos. La enfermedad, pese a saber que nos podía afectar en cualquier momento, cuando ha llegado se ha demostrado que la Administración no estaba preparada. Han salido a la luz demasiadas carencias y un desconocimiento absoluto. Gracias a que hemos tenido días de frío, y que el transmisor es un mosquito, el proceso se ha podido frenar y hemos tenido cierta tranquilidad. Ha ocurrido en un momento delicado para los pastores porque es el periodo de partos y el momento de obtener los beneficios del año. Es posible que algunos tengan problemas. En el caso de las vacas parece que la enfermedad no ha tenido mayor trascendencia, pero siempre con mucha precaución porque es difícil saber cuál puede ser la incidencia real de la enfermedad. Tenemos la experiencia de otros sitios respecto a tratamiento y desparasitación, aunque a partir de ahora habrá que marcar unas pautas generales de actuación para hacerle frente con el menor impacto posible.
¿Tienen datos del impacto de la enfermedad?
Todavía no, aunque pronto veremos si la enfermedad se ha extendido o no. Lo que hemos pedido a la Administración es que a la hora de tomar decisiones cuente con los baserritarras. Sabemos que tendremos que hacerle frente a la enfermedad. La administración ha dicho que se hará cargo de las costas de la campaña de vacunación de este año, pero quién lo hará en los próximo años. Además, tenemos nuestras dudas y preocupaciones respecto a la vacuna porque es posible que en lugar de beneficiarle puede hacerle daño al animal.