Ultimamente se habla mucho de memoria histórica. Más allá de los debates institucionales y sus decepcionantes resultados, la discusión ha irrumpido con nuevas fuerzas en nuestra vida diaria, pero todavía nos encontramos con graves agresiones al patrimonio físico y simbólico fruto de las generaciones que nos precedieron. Para un pueblo como el nuestro, cuya identidad ha sido negada mediante la distorsión de la historia, es muy importante la memoria colectiva, y la salvaguarda del patrimonio es una de las mejores aportaciones que podemos hacer a la humanidad.

Esto sería suscrito por casi todo el mundo, y sin embargo, la cueva de Praileaitz, un auténtico tesoro, corre peligro por la obstinación de unos responsables políticos empeñados en no adoptar las medidas necesarias para preservarla. Nada ha servido para hacer entrar en razón a quienes tienen la responsabilidad de tomar decisiones. Que son del PNV, por cierto. El mismo PNV que se empeñó en poner en marcha la central nuclear de Lemoiz. El partido que nos decía que sin ella el desarrollo de nuestro país quedaría hipotecado. El partido que ha celebrado a bombo y platillo el aniversario de la creación por parte de la corona castellana de diversas villas para fortificar la frontera con la Navarra todavía independiente. El mismo partido que pactó la transición con los franquistas. Este partido se lleva mal con la memoria histórica. Y ya sabemos qué camino toma si tiene que elegir entre una cantera, es decir, un negocio, y un bien colectivo, como Praileaitz.

Hace unas décadas «ecologistas» era utilizado por muchos como insulto, incluidos los entonces líderes del PNV. Ahora esos mismos políticos se llenan la boca con ideas que han tomado de los ecologistas. ¿Ocurrirá lo mismo con la defensa del patrimonio histórico o «prehistórico»? Al tiempo. De hecho, oímos hablar de memoria histórica a los mismos que hace cuatro días preconizaban el olvido.

Entre tanto, sería maravilloso que se tomaran cuanto antes las medidas necesarias para trasmitir el tesoro de Praileaitz a las próximas generaciones.