Maite SOROA
Expulsiones en el PNV
Recuerdan que tras las fraudulentas elecciones en las que ANV arrasó con su lista ilegalizada en Ondarroa, los electos del PNV se negaron a tomar posesión del cargo. Tamaña era la vergüenza. Pues bien, ayer supimos que el ejercicio de cordura democrática de los candidatos jeltzales ha sido castigado con la expulsión del partido. Al editorialista de «El Correo Español», tan poco amigo del nacionalismo vasco, eso le parecía estupendo.
Según el escriba de Neguri, «el procedimiento disciplinario que el Partido Nacionalista Vasco abrió contra sus concejales electos de Ondarroa, por negarse a tomar posesión de sus cargos tras las elecciones municipales del pasado 27 de mayo, ha superado la primera instancia con sendas sentencias de expulsión. La gravedad de la pena se corresponde con la de los hechos». O sea, que juzgan en «El Correo Español» a los militantes del PNV...
Se adentran más aún en las aguas jelkides: «No resultaba, en efecto, de ninguna manera aceptable para una organización política disciplinada que sus candidatos, sabedores de las circunstancias en las que asumían su nominación, se negaran luego a cargar con las responsabilidades (...). Ni el miedo personal a las presiones ni la discrepancia política respecto de las decisiones judiciales podían justificar su renuncia. Sobre todo, cuando las consecuencias de ese miedo y de esa discrepancia se echaban sobre las espaldas de otros compañeros de partido (...)». ¡Haber formado la gestora con los realmente elegidos!
Y como se trata de apoyar la desgraciada iniciativa de Ariztondo y compañía, aplaudían que «desde el primer momento se vio que el PNV tomaba la renuncia como una afrenta colectiva y que estaba determinado a subsanarla. Lejos de enzarzarse en un debate sobre las motivaciones de los candidatos ahora sancionados, procedió de inmediato a solicitar la constitución de una gestora municipal (...). No tiró, además, de la lista convencional, sino que eligió para la difícil tarea a los más notables del lugar(...). Los jeltzales dieron (...) un ejemplo de responsabilidad cívica y política que la sentencia que ahora se dicta viene a confirmar. No todos los partidos que se vieron implicados en el mismo o similares casos han obrado de manera tan consecuente». Consecuente rima con «indecente».