La CIA destruyó pruebas que demostraban que usó la tortura en interrogatorios
La CIA ha destruido vídeos en los se mostraban interrogatorios a personas acusadas de «terrorismo» en los que se aplicaban distintas torturas, según ha revelado el diario «The New York Times». El argumento de la agencia de inteligencia estadounidense ha sido que se mostraban imágenes de quienes habían participado en las sesiones de tortura que podrían poner en peligro su seguridad y el secreto de su identidad.
GARA |
La Agencia Central de Inteligencia (CIA, siglas en inglés) estadounidense destruyó cintas de vídeo que contenían grabaciones con interrogatorios realizados en 2002 a supuestos «terrorista», por temor a que las filmaciones se filtraran a la opinión pública y se comprometieran las identidades de los agentes que participaron en esas sesiones, según publicó ayer el diario «The New York Times» y difundió Telesur.
Citando a antiguos y actuales responsables gubernamentales, el diario afirmo que los vídeos mostraban a agentes de la CIA practicando, en 2002, «duras técnicas de interrogatorio a sospechosos de terrorismo». Es decir, torturando a detenidos para lograr información.
Tras saber que el diario neoyorquino iba a publicar la información, el director de la CIA, Michael Hayden, reconoció el jueves, en una carta dirigida a sus empleados, la destrucción del material.
«La decisión de destruir los vídeos se tomó para proteger la seguridad de agentes bajo cobertura y porque ya no tienen valor», dijo Hayden, según el diario.
En la misiva, el jefe de la inteligencia estadounidense aseguró que su oficina informó al Comité de Inteligencia del Congreso de EEUU no sólo de la existencia de las cintas, sino también de sus intenciones de destruirlas.
Hayden también señaló que la CIA grabó los interrogatorios para supuestamente garantizar que no se violaban los derechos humanos, después de que el presidente George Bush autorizara métodos de tortura para extraerle información a los sospechosos de supuesto «terrorismo», entre los que se incluye el polémico waterboarding [la bañera, según la denominación por la que se le conoce en Euskal Herria], técnica mediante la cual sumergen la cabeza del interrogado en agua para hacerle creer que será ahogado.
Asimismo, afirma que el comité de supervisión de la CIA vio las cintas en 2003, en las que entre otros métodos se le practicaba la bañera al interrogado, y verificó que las técnicas empleadas eran legales, por lo que, «en ausencia de cualquier razón legal o interna para guardarlas», fueros desechadas en 2005.
«Las cintas guardaban un serio riesgo de seguridad. Si hubieran transcendido a la opinión pública, habrían permitido la identificación de nuestros compañeros en la CIA que trabajaron con el programa [de Bush] y les habría expuesto a ellos y a sus familias a represalias de al-Qaeda y sus simpatizantes», argumentó Hayden, quien en octubre pasado defendió los métodos de tortura utilizados por la Administración Bush.
Escándalos ministeriales
El Gobierno de EEUU ha sido muy cuestionado por torturar a sus detenidos por presunto terrorismo.
Polémicos son los casos del ex ministro de Justicia de EEUU, Alberto González, quien renunció tras un escándalo por el despido de ocho fiscales federales, y quien, según reveló el diario estadounidense «The New York Times», respaldó en secreto el uso de técnicas de tortura en los interrogatorios a sospechosos de «terrorismo».
Además, el tema de la tortura fue precisamente lo que le complicó el camino al ex juez Michael Mukasey para obtener el cargo de secretario de Justicia de EEUU. Pero, pese a la polémica que generó por negarse a repudiar métodos de tortura utilizados por militares estadounidenses, bajo el consentimiento de la Casa Blanca, Mukasey se convirtió en noviembre pasado en el sucesor de Alberto González.
El apoyo a la tortura en el Gobierno de Washington quedó en evidencia también cuando el pasado mes de agosto un jurado militar de EEUU absolvió al teniente coronel Steven Jordan, jefe de la unidad de interrogatorios de la cárcel iraquí de Abu Ghraib, de varios cargos por los abusos cometidos contra los prisiones de la cárcel utilizada para torturas.
Jordan estaba acusado de tres cargos: «crueldad y maltrato» al forzar a los reos a desnudarse e intimidarlos con perros, abandonar el deber de entrenar y supervisar adecuadamente a los soldados respecto a las reglas de interrogatorio y desobedecer a un general que le pidió «discreción sobre los abusos en Abu Ghraib.
En 2005 salieron a la luz públicas unas fotografías que mostraban prisioneros desnudos, atados, encadenados, humillados sexualmente o intimidados con perros por parte de soldados estadounidenses en Irak. La cárcel iraquí de Abu Ghraib y la base militar de Guantánamo (Cuba) son los principales escenarios de estas prácticas.
La CIA destruyó los vídeos sobre las torturas sin habérselo comunicado previamente al Congreso estadounidense, según las informaciones que se publicaron ayer en torno a este caso.