Novedad en el pleno del día 4 en el Ayuntamiento de Iruñea (www.pamplona.es/ actasweb/ videos). Los portavoces de UPN-PSN muestran, sin tapujos, su deseo de ilegalizar ANV. La tartamudez de su pobre retórica aplica los clichés al uso de un guión que, por manido, cada vez resulta más vacío y aburrido. Nada nuevo. Novedad, la incorporación de la portavoz de NaBai al coro inquisitorial de la exigencia condenatoria. Representar el papelón no debe ser fácil. La crítica a la lucha armada de ETA, coherente con su ideario y el de otros muchos; pero afirmar que «toda violencia es condenable» es un lugar común que, pareciendo no decir nada, dice todo. Acaso no pueda ya uno criticar la actuación armada de ETA sin solidarizarse con las Fuerzas de Seguridad del Estado y sus jueces.

Conocíamos la solidaridad de clase ante la injusticia sufrida por nuestros iguales que nos implica por ser iguales a nosotros, es decir, solidaridad de los oprimidos en contra de los opresores. Así de simple.

Extraños, en boca de ciertas personas, los argumentos de la clase dominante, aunque se forme parte de una coalición interclasista, sobre todo si van dirigidos contra otra formación de izquierdas a la que esas Fuerzas de Seguridad del Estado y sus jueces intentan ilegalizar.

Solidarícese NaBai con la guardia civil, la magistratura, los pobres marines en Irak o con el San Sebastián asaetado. Condene la violencia, la irracionalidad de la raíz cuadrada de 2, el granizo o la fuerza gravitacional que nos hace caer. Pásense con armas (con perdón) y bagajes al campo de los profesionales de las falacias argumentativas. Pero, por Dios, háganlo de forma más alegre, sin esa cara de circunstancias y de sufrimiento unamuniano. Las nuevas compañías, en un principio frívolas, resultarán hasta divertidas. Su espacio bajo el paraguas estatal, cómodo y abrigado, incomparable con el malestar que produce la fría intemperie. Molesta quizás, la necesidad de tirar piedras a los de afuera y la exigencia de que día a día deban ser más grandes y afiladas. No se agobien, la adaptabilidad del humano a las nuevas situaciones es extraordinaria. Veneren a Fukuyama. En breve, todo será regocijo en el bando de los buenos frente al rechinar de dientes en la banda de los malos que darán con sus huesos en la cárcel.

Lo dice mi madre, vivir para ver.