Oposición de EEUU a un acuerdo para reducir los gases de efecto invernadero
La oposición de EEUU a lograr un acuerdo que sustituya al Protocolo de Kioto y las reticencias de China están marcando la Conferencia sobre el Cambio Climático que se desarrolla en Bali. Miles de personas se manifestaron en todo el mundo para reclamar medidas urgentes.
GARA |
Estados Unidos y China se han convertido en los principales obstáculos para lograr un acuerdo global para la reducción de las emisiones de gas de efecto invernadero en la Conferencia sobre el Cambio Climático de la ONU que se celebra en Bali.
El delegado estadounidense Harlan Watson dejó claro que Washington no firmará un acuerdo global vinculante. «No estamos dispuestos a hacerlo», afirmó. Sólo se ha comprometido a autorregular sus emisiones mediante un plan que estará terminado a mediados de 2008.
Las negociaciones que seguirán a las de Bali intentarán incorporar a China, Brasil y otras grandes economías en vías de desarrollo, todas ellas exentas de las reducciones vinculantes estipuladas en el Protocolo de Kioto, para que disminuyan sus emisiones contaminantes.
Este Protocolo obliga a 36 naciones industrializadas a reducir, entre 2008 y 2012, sus emisiones en un promedio del 5% por debajo de los niveles de 1990. EEUU es el único país entre los mayores industrializados que rechazó Kioto y sus reducciones vinculantes.
Por su parte, China insistió en que no adoptará medidas para reducir obligatoriamente la emisión de gases causantes del efecto invernadero. Beijin puso en duda la equidad de las reducciones vinculantes y denunció que Occidente lleva centenares de años contaminando.
«China está en proceso de industrialización y necesita del crecimiento económico para cubrir las necesidades básicas de la población. Me pregunto si es justo preguntar a países como China si están dispuestos a afrontar objetivos forzosos. Creo que EEUU podría preguntarse si puede cambiar su estilo de vida para contribuir a la protección del medio ambiente», manifestó el representante del país asiático.
Mientra esto ocurría en Bali, ecologistas de todo el mundo se movilizaron para reclamar medidas urgentes y presionar a los gobiernos. En Manila, por ejemplo, cientos de personas recorrieron la ciudad con molinillos de viento y caretas de cartón con la forma del Sol para llamar la atención sobre la necesidad de utilizar energías renovables. En Berlín, el escultor Christian Funk elaboró en hielo un oso polar y los mercadillos de Alemania apagaron las luces.
El informe «Los círculos viciosos de la Amazonía: sequía y fuego en el invernadero» de WWF/Adena prevé que para 2030, casi el 60% del bosque amazónico podría quedar destruido debido al cambio climático y la deforestación, que podría liberar de 55.500 a 96.900 millones de toneladas de dióxido de carbono. Dicha cantidad, advierte el estudio, equivale a más de dos años de emisiones globales de gases de efecto invernadero. Alerta también de que las actuales tendencias en la expansión de la agricultura y la ganadería, los incendios, sequías y la explotación forestal podrían hacer desaparecer o dañar severamente el 55% del bosque amazónico y, de ser así, la precipitación disminuiría en un 10% en el futuro y un 4% de bosques se vería dañado por la sequía.
«La importancia del bosque amazónico para el clima global no puede ser minimizada. Es esencial para enfriar la temperatura del mundo y es una fuente de agua dulce de tal magnitud que podría bastar para incidir en algunas de las grandes corrientes oceánicas. Es, además, un almacenador masivo de carbono», subrayó Dan Nepstad, autor del informe y principal científico del Woods Hole Research Center en Massachusetts.
«Bush se ha visto obligado a cambiar su discurso sobre el clima, pero sigue siendo el mayor obstáculo para el avance», denunció la Campaña británica contra el Cambio Climático en la protesta realizada en Londres.