La confluencia de un menor dinamismo en el crecimiento de las economías industrializadas y la aparición de tensiones inflacionistas «crean una situación muy complicada para los bancos centrales que, además, no están reaccionando de manera totalmente coordinada», señaló ayer el comisario europeo de Asuntos Económicos y Monetarios, Joaquín Almunia, durante su intervención en un encuentro informativo.

«Esto ocasiona que se creen situaciones de incertidumbre de expectativas entre los participantes en el mercado sobre cuál va a ser la orientación de las políticas monetarias en los próximos meses», subrayó.

Almunia recordó que la previsión de inflación para 2008 en la zona euro es del 2,1%, y subrayó la importancia de que no haya efectos de segunda vuelta, circunstancia que hasta ahora no ha existido. Señaló que el crecimiento en los últimos trimestres de la productividad en la zona euro se debe, según los analistas, al carácter cíclico, por lo que defendió «continuar llevando a cabo reformas estructurales, más allá del mercado de trabajo y apostando por la inversión en I+D+i».

Durante su intervención, el comisario de Asuntos Económicos y Monetarios destacó que, respecto a crisis financieras anteriores, la economía europea cuenta con la ventaja de tener unos fundamentos sólidos, tanto por su consolidación fiscal, como por los buenos resultados empresariales o las reformas estructurales puestas en marcha y que aumentan las capacidad de absorber el «shock».

Añadió que las expectativas de inflación siguen ancladas al objetivo del Banco Central Europeo y Europa está en buenas condiciones para hacer frente a las presiones que llegan de los mercados financieros, Estados Unidos o los precios.

Economías emergentes

Además, en la actualidad, hay economías emergentes que crecen a un ritmo impresionante, añadió Almunia, que señaló que, por primera vez, China es la economía que mas contribuye al crecimiento global.

El comisario europeo explicó que la aparición de desequilibrios derivados de la situación de la economía global en los últimos años «no es una sorpresa para nadie» y que había que tomar medidas. Así, indicó que para corregir los desequilibrios en el ahorro EEUU se comprometió a aumentar su tasa de ahorro interno, mientras que China aceptó reducir su exceso de ahorro a través del aumento del consumo interior y la flexibilización del tipo de cambio.

Por su parte, los países productores de petróleo deben intentar animar más sus economías y no simplemente reciclar sus ingresos y lanzarlos otra vez a los mercados financieros globales; en tanto que Europa y Japón tienen que seguir con una política de reformas estructurales para incrementar su capacidad de crecimiento.