Leo en la reseña de un diario español que Txiki Benegas ha aprovechado el filón inagotable del conflicto vasco para engordar su billetera publicando un libro sobre el último proceso frustrado. Se trata de un diario en el que el antiguo secretario general del PSE ha ido anotando sus reflexiones. Entre ellas, una que llama la atención al norte de los Pirineos, no por lo novedoso del tema, sino por lo actual.

Cuenta Benegas que, a principios de los 80, en una entrevista con el entonces ministro del Interior francés Gastón Deferre, le preguntó qué iban a hacer con la reivindicación del departamento vasco defendido por aquel entonces por el candidato del PSF, Jean Pierre Destrade que, por cierto, acaba de anunciar su retirada. El caso es que, según Benegas, Deferre le contestó que, mientras él fuera ministro, no lo iban a conseguir. «Son cosas de Destrade, pero yo tengo muy claro que si hoy les concedo el departamento administrativo vasco, mañana me van a pedir el estatuto de autonomía como han hecho en España. Por tanto, mientras los tenga entretenidos reivindicando el departamento administrativo no me pedirán el estatuto».

Como decía, el tema no es novedoso. Desde que, en 1981, François Mitterrand prometiera el departamento vasco en una de sus 110 proposiciones, concretamente la 54, la negativa de París a crear este marco institucional se basa principalmente en los razonamientos de Deferre, por mucho que algún otro ministro como Jean-Pierre Chevènement se haya parapetado tras el pretexto de España y de la lucha contra el terrorismo.

Pero el tiempo no pasa en balde y de tanto rechazar un miserable departamento de competencias irrisorias, la reivindicación ha subido un peldaño para dejar paso a la de la autonomía, que precedentes ya tiene la República. Me pregunto si ahora, defensores como son del marco autonómico, los socialistas de Benegas se reunirán con sus compañeros del PSF para aconsejarles un poco de descentralización autonómica. ¿O será que las virtudes del Estatuto de Gernika y del Amejoramiento del Fuero no son tales? Yo ya no me entiendo. Me ponga cuarto y mitad de independencia, señor Solana, a ver si me aclaro.