El Gobierno israelí y la Autoridad Palestina (AP), controlada por el presidente Mahmud Abbas, iniciaron ayer en un hotel no especificado de Jerusalén la primera sesión oficial de discusiones tras la cumbre de Annapolis del mes pasado.

La reunión tuvo lugar mientras Gaza enterraba a sus últimos muertos -ocho- tras la última agresión israelí, a la que se respondió ayer con el lanzamiento de cohetes de fabricación artesanal contra Sderot.

Pese a que no causaron daños personales, el alcalde de esta ciudad, Elie Moyal, presentó su dimisión como protesta por la «inacción» del Ejecutivo.

Este último reunió al Gabinete de Seguridad y descartó, «de momento, una ofensiva de envergadura» contra Gaza.

Eso sí, anunció que seguirá con sus incursiones mortíferas puntuales y con sus operaciones de castigo aéreo.

La AP de Abbas no dudó, empero, en reunirse con el Gobierno israelí. Tampoco dio marcha atrás pese a que Israel ha lanzado recientemente un concurso para ampliar su colonización de Cisjordania, concretamente en torno al barrio judío de Har Homa, en pleno distrito de Jerusalén .

En las discusiones de ayer, los representantes de la AP exigieron a Israel detener este proyecto y pidieron a EEUU que medie en la cuestión, recordando que la Hoja de Ruta exige el fin de la colonización.

Por contra, la parte israelí respondió exigiendo a la AP que aumente su represión contra la resistencia en Cisjordania.

Los grupos de trabajo sobre distintos temas estaban presididos por parte israelí por la titular de Exteriores, Tzipi Livni, y por el ex primer ministro palestino Ahmad Qoreia.

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