Hace mes y medio se celebró la Asamblea General del Athletic Club. Entre los temas que se trataron destacaron el «caso de Txato Núñez» y los presupuestos del 07-08. En el primero establecimos que, más allá de la cuestión de fondo, el conflicto se había llevado de forma nefasta -muy lejos de ese slogan tan repetido, «gure estiloa»- y que una vez presentada la demanda y encontrándose ésta en instancias judiciales, la decisión del pago no estaban en nuestras manos y por tanto era intranscendente la formulación de la pregunta así como el resultado de la votación. A pesar de ello, la Asamblea optó por responder de forma negativa a la pregunta y no hacer efectivo el pago.

Aludiendo a unas palabras del presidente Fernando García Macua, que manifestaba que el tiempo pone a cada uno en su lugar, y una vez conocido el fallo de la jueza competente obligando al club al abono de los 900.000 euros, reafirmamos que aquella pregunta carecía de sentido porque no estaba en nuestras manos decidir. Sin embargo, nos sorprende la nota del club en la que se percibe satisfacción por el fallo. No entendimos el sentido de la formulación de aquella pregunta y comprendemos menos aún la postura de la Junta Directiva, que ni tan siquiera ha presentado recurso ante una sentencia tan gravosa para el club, ignorando la decisión de la Asamblea de no pagar las cantidades reclamadas. Porque si hoy no es competente la decisión de la Asamblea ante la resolución judicial, ¿para qué se formuló tal pregunta y se sometió a votación? Resulta indignante la decisión de no recurrir alegando un ahorro. ¿Acaso no nos hubiéramos ahorrado más de haber utilizado formas más de acuerdo a «gure estiloa»?

Respecto a los presupuestos y su rechazo, nos vemos obligados a acudir a la nueva Asamblea para votar la nueva propuesta. En esta ocasión se está apelando al compromiso y a la responsabilidad de las y los compromisarios para aprobar la reformulación de los presupuestos. Desde esa responsabilidad, que va mas allá de estar o no de acuerdo con la Junta de turno, y desde el compromiso por el Athletic nos vemos obligados a manifestar nuestra disconformidad con las cuentas planteadas. Disconformidad no con las cifras que reflejan los presupuestos, sino con el modelo de club y gestión que soportan. Disconformidad con el modelo de solución a la grave situación económica y disconformidad con las medidas propuestas que no pasan más que por un aumento de las cuotas y un ingreso futurible en publicidad que a mitad del ejercicio económico (no olvidemos que el ejercicio comienza en julio) aún no se ha producido, por lo que contablemente ya no puede tener el efecto previsto.

Ya expusimos nuestro rechazo al anterior presupuesto y, lamentablemente, vemos que el actual sigue en la misma línea. Gastamos lo que no tenemos. El Athletic vive muy por encima de sus posibilidades, tanto que la temporada 06-07 ha arrojado un déficit de 4,5 millones de euros. La venta de Asier del Horno en 2005 por 11,5 millones nos permitió salir del agujero en el que nos encontrábamos con unos fondos propios negativos de 4,8 millones, pero nos ha durado dos años. A día de hoy volvemos a tener unos fondos propios negativos de 4,5 millones. Es decir, el Athletic cierra con perdidas porque año tras año gasta lo que no tiene.

No hay que ser un lince en economía para saber que la única forma de cuadrar y reconducir la situación pasa por reducir gastos. Y este es el verdadero nudo gordiano, reducir la partida de gastos que suponga mas. La plantilla deportiva y la amortización de los fichajes, suponen 38,6 millones de euros, un 72,7% del presupuesto del 07-08. Sin embargo, si atendemos a lo realmente ingresado en el 06-07, la plantilla deportiva supone un 84%. Los presupuestos presentados no inciden en solucionar este problema. El papel lo soporta todo y podemos presentar unos presupuestos con perspectivas de ingresos superiores a un 17% de los realmente conseguidos en el 06-07, pero la realidad siempre es mas complicada y no se avecinan buenos tiempos. No es creíble pensar que esta temporada los ingresos se vayan a incrementar en casi 8 millones de euros sobre los 45,3 millones de euros que conseguimos la temporada pasada. Y esto es lo que se nos propone.

Existe otra vía para generar ingresos que sería la venta de un jugador -Amorebieta, por ejemplo- de la que discrepamos profundamente no sólo porque la generación de un ingreso extraordinario genera más gastos (renovaciones al alza, fichajes nuevos, etc.) sino, principalmente, porque flaco favor nos haríamos descapitalizando el proyecto de futuro y las ilusiones de miles de chavales que no aspiran más que a jugar en el primer equipo.

Por lo tanto desde esta responsabilidad, no podemos contribuir a que esta situación siga perpetuándose y se agrave. Reconociendo que la gestión de un club como el Athletic en el primer año de mandato no es fácil porque una gran parte del presupuesto ya está prefijado, la solución pasa por reducir el impacto de los gastos de la primera plantilla desde una actitud humilde y tolerante.

Humildad y tolerancia que no se perciben cuando por primera vez se nos insta a acudir a la Asamblea con el DNI español como único documento acreditativo, obviando que otras veces se han aceptado documentos como el EHNA, aceptados en comercios e instituciones. Es un grave retroceso que generará crispación y que pudiera ser obviado si, por ejemplo, se permitiera la acreditación con el carnet de socio, documento que sí vale para acudir a San Mamés.

Por ello, instamos a las y los socios compromisarios a mostrar su disconformidad con los presupuestos y a acudir a la Asamblea con el documento que estimen oportuno, incluido aquel que refleje su identidad y ser vasco. Porque el Athletic es un club de Euskal Herria con un proyecto deportivo basado en la cantera e integrado plenamente el ser y sentir del pueblo vasco, ¿o no?