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El contraanálisis del laboratorio de Chatenay da positivo frente a los negativos de Gante y Sydney

Mayo: «Tengo que luchar»

La Federación Española no tiene intención de sancionar al corredor, por lo que la UCI recurrirá al TAS

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Unai IRARAGORRI | BILBO

«Si el análisis de confirmación de la muestra B no aporta conclusiones analíticas que confirmen el resultado de la muestra A, se considerará negativa y el nuevo resultado de análisis se notificará a la Autoridad de Control». Es el artículo 5.2.4.3.2.7 del Código de la Agencia Mundial Antidopaje (AMA) y que la Unión Ciclista Internacional (UCI) se ha saltado a la torera en la caso de Iban Mayo.

«L'Equipe» filtró ayer que el contraanálisis, el tercero, efectuado entre el 4 y el 6 de diciembre en el laboratorio Chatenay-Malabry de la muestra B de Mayo, ha dado positivo por EPO y pone en marcha la maquinaria para sancionar al corredor vasco por «violación antidopaje aparente». El caso terminará en el Tribunal de Arbitraje Deportivo (TAS).

Este periódico se puso ayer inmediatamente en contacto con Mayo, cuando el corredor se acababa de enterar de que su positivo se había hecho público -las partes implicadas conocieron el resultado el martes-. «¿Qué ha salido?» fue la primera pregunta ayer de Mayo, y una vez que le avanzamos la información de «L'Equipe» no se sorprendió: «Me lo imaginaba», subrayó. «¿Hay alguien que entienda esto, Iban?» le preguntamos. La respuesta no sorprende: «No, la verdad es que no, no se entiende... Yo sabía que iba a salir, ya veremos lo que pasa ahora». El ciclista de Igorre nos avanzó que va a «impugnar» ese contraanálisis. «No me queda más remedio. Con todo lo que han hecho estaba claro cuál iba a ser el resultado».

La actitud de la UCI saca de quicio a cualquiera, si bien Mayo ha aprendido a encajar los golpes. «Esto tiene mala solución», admite, aunque no se da por vencido: «Habrá que luchar, no queda más remedio».

Ahora el caso puede entrar en una maraña jurídica y depende en gran medida de la decisión que tome la Federación Española (RFEC), que archivó el expediente en octubre, una vez que recibió los resultados del contraanálisis del laboratorio de Gante y que había verificado el de Sydney. Ahora, la UCI insta a la Española a que tome una decisión antes del 31 de diciembre, reabra el caso de Mayo y le aplique la correspondiente sanción. Sin embargo, el secretario de la RFEC, Eugenio Bermúdez, aseguró ayer que ésa no es su intención porque la decisión de la UCI «no atiende a los reglamentos en vigor».

En ese caso, «si España blanquea» al corredor, según decía el abogado de la UCI ayer en las páginas de «L'Equipe», el organismo ciclista apelará al TAS. En caso contrario, si la Española sancionara Mayo, éste será el que apele.

El abogado de Mayo, José Rodríguez, destacó ayer la ilegalidad del contraanálisis del laboratorio francés. «Esa repetición del contraanálisis la consideramos ilegal porque no estaba prevista en la normativa». En opinión de Rodríguez, si la UCI decide seguir adelante y sancionar al vasco «pierde legitimidad para regular el ciclismo».

La indefensión de Mayo y la caradura de la UCI quedan en evidencia pues ésta se salta todas las reglas internacionales al respecto. Asimismo, hay que destacar que el laboratorio francés hizo un claro defecto de forma en el análisis de la muestra A. El reglamento explica que la muestra A se debe separar en dos, para la detección y la comprobación; sin embargo, el laboratorio de París utilizó la misma muestra para realizar las dos fases, lo que supone un claro defecto de forma. Chatenay avisó de ese error a la UCI, que hizo la vista gorda y comenzó una persecución que todavía no ha terminado.

RFEC

Eugenio Bermúdez, presidente de la Federación Española, avanzó ayer que la decisión de la UCI «no atiende a los reglamentos en vigor» y que la intención no es la de abrir el caso y sancionar al corredor.

josé RODRÍGUEZ

El abogado de Mayo recordó ayer «la ilegalidad» del contraanálisis del laboratorio francés «porque no estaba prevista en la normativa», y revela «la pérdida de legitimidad» de la UCI.

Casi cinco meses de impotencia, sin equipo y sin competir, pero sin dejar de entrenar

El positivo anunciado ayer por «L'Equipe» es el penúltimo episodio, que no el último, de una persecución y una pesadilla que para Mayo empezó el 30 de julio cuando Saunier Duval comunicó su positivo en un control antidopaje realizado el 24 de julio, en la segunda jornada de reposo del Tour. Inmediatamente, el equipo suspendió de empleo y sueldo al de Igorre y, de hecho, desde entonces no se ha vuelto a vestir de amarillo, y ni tan siquiera fue convocado a la primera concentración en diciembre.

El laboratorio de Chatenay-Malabry cerraba por vacaciones en agosto y todas las partes aceptaron que el contraanálisis se llevará a cabo en el de Gante. El resultado no fue concluyente -en un proceso normal el caso se tenía que haber cerrado entonces- y para disipar dudas la muestra B de orina se envió a Sydney, donde se verificó el resultado: no concluyente. El 22 de octubre -Mayo no compite desde el Tour,, aunque no ha dejado de entrenar- el Comité de Competición de la RFEC anunció que, en aplicación del reglamento, archivaba el expediente abierto a Mayo. El corredor recuperó la sonrisa y lo celebró con los que le han arropado. Pero su alegría no duró ni una mañana.

La UCI contraatacó y anunció un nuevo contraanálisis en el laboratorio original de Chatenay, ilegal a todas luces, tal y como expresaron el propio Mayo y su abogado, si bien desde la UCI aseguran que «es legítimo» pues el análisis de Gante -no menciona el de Sydney- «no dio resultado ni positivo ni negativo» y es «lógico que se efectúe un segundo análisis» -el tercero en realidad-.

U.IRARAGORRI

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