Adiós al año en el que se rozó una final europea
Natxo MATXIN
El año que está a punto de finalizar será recordado con añoranza y nostalgia por el entorno rojillo. No es habitual que un club modesto llegue tan lejos en competición europea como lo hizo Osasuna en la Copa de la UEFA, dando además auténticas lecciones de fútbol en míticos estadios ante rivales con una experiencia continental acumulada año tras año con su participación en este tipo de torneos.
Aunque su bolsillo se lo agradecerá, más de un aficionado echará de menos esos viajes a históricas ciudades y, sobre todo, guardará en la retina los «momenticos» del gol in extremis de Nekounam al Girondins, el despliegue futbolístico de Ibrox Park o el 0-3 de Leverkusen.
Pasados esos históricos episodios, ahora queda dar paso a la paciencia en lo que va a ser una época de transición, el germen de quizás otra brillante etapa de la escuadra navarra.