«Across the Universe» es una película hecha a golpe de talonario desde el punto de vista de la producción, puesto que nace de la compra de los derechos de 34 canciones de los Beatles por diez millones de dólares. Joe Roth fue quien los adquirió con la idea de hacer un musical al estilo de «Moulin Rouge», para que canciones muy conocidas sirvieran de base a una historia romántica con coreografías. Además, el contar con material de Lennon y McCartney equivalía a explotar el factor nostálgico de los años sesenta, una década que todo el mundo añora, incluso quienes no la conocieron. Pero la confección del espectáculo iba a complicarse debido a las desavenencias entre el mencionado ejecutivo y la realizadora Julie Taymor, que es muy suya. La artífice de «Titus» y «Frida» hizo un montaje, que es más o menos el que llega a nuestras pantallas, diferente del que quería la productora. El suyo resulta bastante más largo porque es fiel a su sentido grandilocuente como escenificadora teatral de prestigio.

El guión, destinado a aprovechar las canciones de los Beatles, ha sido escrito por Ian La Fresnais y Dick Clemenet, que ya trabajaron juntos en «Los Commitments», aquel vibrante musical de ambiente irlandés dirigido por Alan Parker. Esta vez han ideado un entramado dispuesto para que un grupo de jóvenes llenos de ilusiones coincidan en la época dorada del jipismo con las protestas contra la Guerra de Vietnam y la proclamación del amor libre.

Entre los chicos y chicas que comparten piso hay una pareja que parece directamente inspirada en las figuras emblemáticas de Janis Joplin y Jimmy Hendrix.

Sin embargo, se introducen en la figuración otros elementos más actuales, hasta crear una sensación atemporal y algo abstracta, confirmada por los cameos del papista Bono y del superviviente Joe Cocker.